Siempre nos quedará Indurain
Cuando yo era niño, hace ya unos lustros, los chavales de mi barrio, además de futbolistas, queríamos ser Induráin. Al arribar el estío, una vez terminado el curso, las largas y calurosas jornadas se nos iban en levantarnos tarde, ir a la piscina y contemplar cómo Indurain se jalaba kilómetros y más kilómetros de carretera, los Alpes, los Pirineos, las contrarrelojes, las metas volantes, las veintiuna curvas, los abanicos y la órdiga, dejándose atrás a los europeos de esos países que tanto nos hacían la puñeta con la cosa del mercado común, con el IVA, con los camiones de fresas volcados en la frontera, e incluso a aquellos colombianos que ascendían como pájaros, no sólo por herencia, sino por geografía natal y por genio de raza.
Con la coronación de Induráin en el Parque de los Príncipes como campeón del Tour, mientras veíamos izarse la bandera rojigualda, y escuchando sonar la Marcha Real en pleno corazón de la capital gabacha, los españoles nos dábamos el gustazo de hacerle un enorme corte de mangas a nuestros socios más pudientes, en justo pago por los agravios recibidos. Qué sí, qué África empieza en los Pirineos, qué espainisdiferen, el Peñón de Gibraltar, Numancia, las viñas arrancadas, la Liga de Esmacalda, Trafalgar, Miterrand, en Flandes se ha puesto el sol, el Maine, miré los muros de la patria mía, los tomates en la cuneta, la sombra de Caín, el tratado de Utrecht, más vale honra sin barcos, las vacas sacrificadas, los cien mil hijos de San Luis, vivan las caenas, lo que ellos digan, pero ahí está uno de los nuestros; un mocetón navarro, alto y atezado, moreno y campesino, manos de labrador y pocas palabras, modesto, introvertido, casi serio y casi sonriente, adusto en la expresión, taciturno en el semblante, sin rictus por el esfuerzo de titán, sin más prepotencia que la de llegar antes como la cosa más natural del mundo, vencedor sin aspavientos, y en lo más alto del podio, restregándole al Occidente en toda la novena sinfonía su fulgente jersey amarillo. Este es nuestro Induráin, señores europeos, señores de la OTAN, vencedor sencillo y por las buenas, sobrado y natural.
Induráin nos demostró, además, que los españoles también podíamos bajar, llanear y contrarrelojear, que hasta entonces lo nuestro siempre había sido subir. En España, o pedaleabas cuesta arriba o te caías al barranco y no sacabas los pies del plato. Aquí, hala, a subir, a pedalear y a echar los bofes montes arriba. En la piel de toro hasta los místicos subían e iban del Calvario al Monte Carmelo. Nos resultaba normal este papel de Sísifo, acostumbrados como estábamos a subir tantas cuestas de enero, a coronar tantos puertos de Arrebatacapas, y a escalar tantos Pirineos como nos han separado siempre de Europa. Y como Sísifo, mirábamos con resignación como, cuando ya divisábamos la cumbre, ahí estaban la invasión, el pronunciamiento, el motín, la abdicación, la carlistada, el golpe de Primo, el 14 de abril, la Revolución de Asturias, el 18 de julio, la Guerra Incivil, la posguerra, el racionamiento, la autarquía, el bloqueo, el Plan de Estabilización, los tecnócratas, la crisis del petróleo, la reconversión, para volvernos a tirar el pedrusco ladera abajo, y, venga, a reemprender la ascensión a base de riñones y de redaños para seguir empujando la piedra, y qué larga, y qué fatigosa, mientras intentábamos apartar la funesta e íntima certidumbre de que nunca alcanzaríamos la cima.
Pero Induráin no. Miguelón lo mismo subía que bajaba, lo mismo andaba en el llano que en la montaña, y lo mismo iba en pelotón que en la soledad, como un centauro de bicicleta que hubiese nacido con un par de ruedas en los tobillos.
Y después de Induráin, la nada. El día en que el campeón hincó la rodilla ante un danés, oscuro como el pensamiento de Kierkegaard, y de cuyo nombre no quiero acordarme, mi púber corazón lloró con la desazón que sólo puede sentir un niño cuando ve caer al gran ídolo.
España siguió engendrando grandes ciclistas, mas ninguno podía llenar el vacío que dejaba el superhombre, el purasangre, el androide, el misil, la locomotora de Villava. A Olano, su presunto delfín, las piernas se le derretían en cuanto la carretera se empinaba, el “Chava” Jiménez sólo de vez en cuando dejaba algún chispazo, Heras no pasó nunca de ser el Poulidor de Armstrong y Beloki se nos perdió en una brutal caída bajando a tumba abierta. Entretanto, el ciclismo se veía sacudido por turbias revelaciones, continuados escándalos, algunas sospechas y demasiadas certezas. Se comenzó a hablar más de epos, de hematocritos y de transfusiones que de sprints, pájaras y escapadas. Pantani y el “Chava” murieron en extrañas circunstancias, cayeron Heras, Landis, Virenque, Rasmussen, Sevilla, “la cobra” Riccó, Beltrán, Mayo, Scarponi, Vinokourov, Hamilton, Basso y voy a hacer punto que me ahogo. El danés oscuro de cuyo nombre sigo sin querer acordarme reconoció que había vencido a Induráin con una dieta a base de infusiones de queroseno, ensaladas de hormonas y tortillas de anabolizantes. Incluso sobre Armstrong comenzó a planear el halo de la duda. El ciclismo, ese deporte que había conseguido que los españoles abandonáramos la sabia costumbre de la siesta, se había convertido en una pantomima en la que las verdaderas gestas no se llevaban a cabo en las carreteras sino en los laboratorios. Ni siquiera sendas victorias en el Tour de Sastre y Pereiro, conseguidas más bien de rebote y a contrapelo, consiguieron sacar de la atonía a los antaño aficionados al noble deporte.
Contador llegó entonces como un bálsamo, como una brisa vivificante, como una esperanza de regeneración. Con su cara de niño y sus canillas de junco, Contador subía como si tuviera alas en los tobillos y en las ruedas de las bicicleta, recordándonos a otros hispánicos cíclopes del manillar, Berrendero o Trueba, Ocaña o Perico, aquel pequeño Julio Jiménez que se agarraba a las cumbres en las cuestas, como quien está dispuesto a tirar, en las cuestas de enero, de una familia numerosa; Bahamontes, que en cuanto le quitaron de encima de la bicicleta las cántaras de leche que repartía por Toledo, subía las rampas como si fueran cuesta abajo y se iba solitario hacia la meta como un alma de El Greco volando sobre el Tajo.
Mas, como en la rima del atormentado Gustavo Adolfo, no pudo ser. Contador se estrelló donde tantos se habían estrellado antes que él. Y más allá de enredos folletinescos sobre filetes que van y que vienen, que entran y que salen, ha estrellado con él las frágiles esperanzas en una nueva época de héroes sobre ruedas, de épicas hazañas en el Alpe D´Huez, o mejor en el Tourmalet, que es nombre clásico y terrible, como una tragedia de Sófocles. Al menos siempre quedará Induráin, al que espero que no me lo manchen, que no me lo salpiquen, que no me lo roben, porque sería como robarme parte de mi infancia, parte de mis sueños de niño. Y eso es algo que nadie merece perder..
JONÁS F. LEÓN
A mi me parece igtninande, una ayuda que existif3 af1os, y sacan esa absurda norma, que pasa con la gente que solo trabajf3 2 meses en una empresa y el resto en el paro, que ya tiene la obligacif3n de hacerla? O como mucha gente que tiene que hacerla pero le da negativa, por algo sere1 no?? Esto cada vez a peor. Un saludo a todos
Esto va para mi compañero y amigo Galy: Sencillamente maravilloso, me ha encantado tu comentario. Me has llegado al corazón, y es que recordar es eso, poner en funcionamiento el corazón y renovar el entusiasmo y la emoción ante las cosas.
Gracias Galy, lo dicho, maravilloso. Un abrazo
Flecha,Luis Leon,Samuel Sanchez,Beñat Intxausti,Igor Anton,Carlos Barredo,Oscar Freire,Carlos Sastre,Iñigo Cuesta,Txurruka,Purito Rodriguez…..Cancellara,Philip Gilbert,Boonen,Hushovd,john Gadret,Nibali,los hermanos Sleck,Silvain Chavanel,Thomas Voeckler……..ESPECTÁCULO
No dejemos que unos pocos tramposos acaben destruyendo este deporte y castiguémosles para mantener la grandeza del ciclismo.
Martínez Oliver, Suárez Cuevas, Marino Alonso, Raimon Dietzen, Hernández Aja, Matheuw Hermann, Vicente Belda, Lucho Herrera, Raúl Alcalá, Recio, Erik Breukink, Neil Steephen, Johan Bruynel, Fabio Parra …
Cierto es que el deporte del ciclismo, como muchos otros, esta muy controlado en cuanto al dopaje, pero, no es lo mismo doparse con epo o cualquier otra sustancia, que meterse una infiltración en los huesos para correr un gran premio de motociclismo, o automovilismo, y ahí si se permite, no influye acaso esta infiltración para que un deportista, pueda terminar una carrera.
Pero, vamos, para mi el caso Contador, merece mi respeto e inocencia hasta que se demuestre lo contrario.
Pero en otro orden de cosas, me he decidió a opinar en este articulo de Jonás, al cual le doy la enhorabuena, pues ha suscitado que esta opinión sea ya la número once, por algo será, y me he decidido por lo que comentaba pepa, compañera, pepa, es cierto y leyendo tu opinión, me han venido recuerdos muy gratos de mi infancia, yo también montaba en bici como un poseso cada vez que terminaba una etapa a eso de las 5 y 30 de la tarde.
Pero mas recuerdos me trae aquel Marino Lejarreta que tu decías, don Álvaro Pino, Eduardo Chozas, Perico Delgado, o como no el PDM, Banesto, Kelme, Reynols, y un largo etc.…
Yo recuerdo, y mirar a lo que llega la imaginación de un niño, que alla por el año 1986, durante los meses veraniegos de Junio, Julio y Agosto, mi madre estaba destinada como cartera en Baños de Montemayor, y vivíamos en Hervás.
Localidad que me enamoro, en verano por supuesto, un niño de 11 años, en una localidad que no era la suya, que no conocía a nadie, se aburría, cual fue su ingenio, me decido a recorrer el parque municipal, recogiendo los palos de los polos que había en el suelo, posteriormente los metía en lejía, para limpiarlos, quedaban blanquísimos, a continuación con un rotulador marcaba cada uno de los palos con el nombre de un ciclista y su equipo, los coloreaba con colores llamativos.
Ya estaba liá, me iba al canal de agua de riego de la localidad, con mi serpiente multicolor particular, unos 180 palos de polo con los nombres de los corredores del Tour, Vuelta a España, Giro de Italia.
Todos al agua a la vez, la corriente los arrastraba, algunos cogían un buen rebufo, y formaban una escapada, atención Lemond, se escapa a 10 metros del inicio de la carrera, 10 metros porque solo recorrían unos 100, por que allí estaba yo en la meta para ir recogiendo según llegaban, y anotando el orden de dicha llegada, el primero, 180 puntos, el segundo 179, el tercero 178 y asi sucesivamente, los había que se retiraban o les daba la pájara, ¿Por qué?, pues se quedaban enganchados en la maleza del canal estoa quedaban fuera de carrera y descalificados.
Esta era la primera etapa, y así día tras día, cada día una etapa con un total de 20 o 21.
Que maravilloso verano, con mis Laudelino Cubino, Sean kelly, José Luís Laguia, Jesús Blanco Villar, Pello Ruiz Cabestani, Robert Millar, Anselmo Fuertes, Laurent Fignon, Benny Van Brabant, etc..
Maravilloso Jonas, maravilloso.
Por cierto la idea de las carreras veraniegas no es mía, es de mi tío Antonio.
Pepa, cuidado con idealizar tiempos pasados. Las épocas que rememoras tienen casos de dopaje, igualmente. Antes no había tecnología tan sofisticada para detectarlos, pero todo empezó cuando las firmas comerciales exigieron más y más a los deportistas. No te olvides de positivos como el de Greg Lemond, las prácticas sospechosas del PDM con casos como el de Breukink y la acusación directa sobre Perico Delgado, aunque al final nunca se pudiera demostrar.
Los «complejos vitamínicos» siempre se han dado a los ciclistas; la cuestión es dónde poner el límite y no dejar esa decisión al arbitrio de cuatro o cinco señores con corbata que le echan pulsos hasta a los mismísimos gobiernos y la mayoría de las veces están en los comités por propio desarrollo personal sin saber si entienden de ciclismo siquiera.
Enhorabuena Jonás por este hermoso artículo. Yo soy de las que creció viendo el Tour de Francia y la Vuelta a España, cuando eran carreras de las grandes de verdad. Y soñaba con poder algún día, ya no lo tengo tan claro, seguir ambas vueltas de cabo a rabo y emocionarme en directo…y conocer a aquellos superhombres que coronaban cimas y terminaban etapas con esfuerzo y entusiasmo, poniendo el corazón (física y sentimentalmente) en aquello que hacían.
Recuerdo que, de pequeña, yo los imitaba, y alguna vez que otra frenaba contra el tronco de algún árbol por exceso de velocidad y defecto de control de aquello que llevaba entre las manos.
¡Qué recuerdos, JOnás! Yo siempre puse mis ojos en los escaladores, esos músculos que les salían en las pantorrillas y en todos sitios, y que no necesitaban epos ni epas, sólo alimentarse bien y dormir mejor.
A mí siempre me quedará Marino Lejarreta, «El junco de Bérriz».
Gracias Jonás por este artículo, de nuevo han pasado por mi mente recuerdos maravillosos. Un abrazo
Por cierto el danes oscuro(Bjarne Riis) es ahora el director de Contador y es otra de las razones que pueden hacer que Contador no sea creido al estar a las ordenes de otro tramposo que encima tiene la poca verguenza de admitirlo.
Gente como esta no deberia seguir vinculada al maravilloso mundo del ciclismo.
Pues para mí el Tour de Sastre sí que fue un poco a contrapelo, por la sencilla razón de las notables ausencias que hubo en ese Tour: Contador, Basso, y la posterior descalificación de Riccó lo descafeinaron. En cuanto al Chava, cierto es que fue un gran escalador, pero un gran escalador que demostró su clase con cuentagotas y en días sueltos. Nunca consiguió mantener la regularidad para ganar una gran vuelta por etapas. Creo recordar que lo más que consiguió fue un tercer puesto en una Vuelta a España. A mi humilde entender, eso le descalifica en una hipotética clasificación de los más grandes de nuestro ciclismo. Claro que esto es sólo una opinión que no tiene por qué ser más valiosa que la vuestra. Un saludo.
No es cuestión de lo que creamos es cuestión de que pueda demostrar que es una intoxicacion…..y no es tan raro que de positivo el dia de descanso porque es cuando algunos tramposos aprovechan para realizar las autotransfusiones,que no creo sea el caso de Alberto.
A mí lo que me parece increíble es que no dé positivo ni el día antes ni el día después y el día que sí da es el de descanso y una cantidad tan pequeña que solo hay tres laboratorios en el mundo capaz de detectarlo.
Además, una sustancia que no es usada habitualmente en la élite del ciclismo, no es una de esas sustancias modernas. Con la sofisticación médica que existe en los altos niveles del ciclismo, ¿creéis que iba a usar clembuterol?
Sí,Contador tiene derecho a defenderse pero te pongo un ejemplo:Josephine Onya(atleta) dio mucha menos cantidad de clembuterol que Alberto y ha estado dos años parada.
Asi que si has dado 50 picogramos de una sustancia prohibida,aunque no influyan de forma significativa en tu rendimiento, debes cumplir la sancion correspondiente( a no ser que pueda demostrar que es debido a una intoxicacion alimentaria).
Si bien es verdad que el organismo que mas daño esta haciendo al mundo del ciclismo es la propia UCI,que podia haber llevado este asunto al igual que otros casos de dopaje de forma mas interna,en lugar de filtrarlo a la prensa lo que ha provocado que surgan juicios paralelos .
Me gustaria creer en Contador pero su excusa me parece burda.
Yo creo que Alberto Contador tiene derecho, como mínimo, al beneficio de la duda hasta que se demuestre lo contrario. Y lo que sí se demuesta es que 50 picogramos de clembuterol no influyen nada en el rendimiento del deportista. Si de aquí en adelante se averigua que Contador ha consumido ilegamente alguna de las sustancias prohibidas por la UCI para mejorar su rendimiento, consiguiendolo, seré el primero que aplauda una dura sanción para el de Pinto. La UCI debe fijar un límite a partir del cual cada una de las sustancias que considera dopantes influyen en el rendimiento y a partir de ahí castigarlo. Si 50 picogramos está comprobado que no influyen ¿por qué tiene que haber sanción? La solución que se ha tomado de un año de castigo me parece demasiado salomonica…
Yo la verdad no pude crecer viendo a Indurain pero cuando fui tomando uso de razón de las primeras imágenes que tengo es de la colección de 5 VHS que vendieron con EL PAIS de los 5 tours ganó Induraín que teniamos en casa. Yo crecí con Escartín, Heras, Pantani, Chava, Mancebo, Oscar Sevilla y sobre todo con los piques Armstrong-Beloki y Armstrong-Ullrich. Sin duda la etapa que nunca olvidaré fue la que nombra Jonás en el artículo en la que Beloki se despeñó bajando un puerto y tuvo que retirarse del tour en el año que más difícil le estaba poniendo las cosas al americano. En la caida los dos se salieron de la carretera y Armstrong tuvo la suerte de tras pasar sin caerse por la ladera de la montaña llegar de nuevo a la carretera. Aquello me jodió no sabéis cuanto!! Aquí os dejo el video para que lo recordeis: http://www.youtube.com/watch?v=Gr89ku-K2WU
Lo que está claro es que desde que la sombra del dopaje se ha hecho más y más alargada he ido perdiendo mi interés por este deporte y mucho más ahora tras el mazazo a Contador y todos los misterios alrededor de este caso y de mucho como este. O alguien para esto de inmediato o será el fin del ciclismo profesional.
Y el tour de Sastre no fue a contrapelo….recuerdo que lo consiguió tras un ataque valentísimo casi desde abajo del Alpe d’Huez y luego defendió su ventaja de forma mas que heroica en la crono final contra Cadel Evans.
Por cierto, ciclistas del tipo de Carlos Sastre o Carlos Barredo son los que hacen afición…nunca se rinden,siempre buscan protagonismo y se vacian en la bicicleta.
Que el Chava solo dejaba algunos chispazos?…..por favor,el Chava ha sido,es y será uno de los grandes del ciclismo español.Nunca he visto a nadie atacar y subir como él…¿quien no recuerda aquella etapa en el angliru en la que un gran Chava se impuso a Tonkov?
En cuanto a Contador(al igual que me paso en su día con Valverde),para mi solo es un tramposo mas de los que desprestigian este deporte de titanes,no me valen sus cuentos del filete…Y dicho esto un año de sancion me parece poco.
VIVA EL CICLISMO Y VIVA EL DEPORTE LIMPIO