Autor: Mª José Vergel Vega

La casa habitada

“Para N… , para que no ceje en su empeño de habitar su casa.  Y también para Agnès, Julián, Isabel… que saben de lo que hablo”   El otoño nos empuja a la intrahistoria. Nos invita a envolver las piernas en la manta de ganchillo de la abuela y mirar hacia el interior de uno mismo.  Os diré que hoy escribo desde la página en blanco del silencio.  Algo cambió en mi vida hace ahora dos otoños cuando conocí a José Mª y quiero compartirlo con vosotros. José Mª Toro, se adentró en la aventura de vivir, como a él le gusta decir, la primavera de 1961, en Lora del Río. Lleva mucho tiempo enamorado del Hombre, con mayúsculas. Es Maestro de Enseñanza Primaria y Especialista en Creatividad, Técnicas de Estudio y en distintos ámbitos de la Expresión y la Comunicación. Dice que todo lo que sabe, se lo debe, en gran parte a la que fue su maestra, Fedora Aberastury, creadora del Sistema Consciente para la Técnica del Movimiento; sistema que sigue investigando y divulgando José Mª. Como ya he dicho, lo conocí hace un par de otoños, en uno de estos cursos, con los que los que nos dedicamos a la enseñanza, pretendemos remudarnos el espíritu. Y sucede que, a veces, lo conseguimos. Pasamos un fin de semana tumbados en el suelo, tomando conciencia de nosotros mismos;...

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El corazón del guerrero

No esperaba este exabrupto de Pérez Reverte; si bien es cierto que, aunque siempre lo consideré hombre culto, nunca terminó de gustarme esa forma suya de decir las cosas de forma tan descarnada y lenguaraz. Pero, para gustos…los colores. Un señor al que le cabe la gran dicha de sentarse en el sillón T  de la Real Academia de la Lengua debería contar, tanto en su vocabulario como en su código ético, con palabras como Respeto, Tolerancia, Sensibilidad, Igualdad…y dejarse de tantos “huevos” y tanta mala baba. ¿Será verdad que nos estamos “belenizando”?  Algo debe haber de cierto en eso que dicen que esa a la que llaman “princesa del pueblo”, ejerce un influjo poderoso entre nuestros conciudadanos, ya sean plebeyos o nobles. Este señor, que abomina de la sensibilidad del exministro Moratinos, se atreve, paradójicamente, a reflexionar en una novela suya que, como dicen que lo cortés no quita lo valiente voy a recomendarles su lectura porque es una auténtica delicia; pues, el Señor Pérez Reverte, en  El pintor de batallas, reflexiona sobre la crueldad de las guerras y la crueldad del hombre. Lo hace a través de la óptica de un fotógrafo de guerra; óptica que conoce a la perfección, pues él mismo fue reportero bélico, como todo el mundo sabe. Un hombre que se atreve a reflexionar sobre estas cuestiones tiene que hacerlo, por fuerza, guiado...

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