Tiempo de manzanas
Para Victoria, que nos enseñó el camino hacia ese tiempo. Hay una mariposa blanca revoloteando sobre la tapa oxidada de mi caja de galletas. Cada vez que pasa esto, ya lo tengo comprobado, es que alguno de los recuerdos que vive dentro de ella, anda queriendo decirme algo. “Las mariposas blancas, sólo pueden traerte buenas noticias, ese es su trabajo”. Por eso, antes de nada, me he dispuesto a recrear la liturgia de abrir mi caja de galletas: la he calentado un ratito contra mi pecho; después, muy despacio, la he abierto y he mirado lentamente en el interior…un recuerdo malva y blanco se ha desperezado. ¡Hoy mi caja de galletas huele a manzanas! No sabría deciros, perdonad mi ignorancia, de qué tipo son las manzanas que invisiblemente perfuman mi caja de galletas: las hay amarillas, verdes, rojas, moteadas, ácidas, dulces, crujientes…arenosas…. Todas esas manzanas conforman un tiempo que ha tomado posesión de mi caja de galletas. Un tiempo de sonrisas, de trabajo que dignifica; de desvelos en mitad de la noche, o en mitad del día…porque también los días se nos desvelan. Hubo un tiempo de manzanas en que te diste y nos dimos a los demás. No todo fueron manzanas dulces en el camino, también hubo manzanas ácidas, cosecha de algún momento en que nos sentimos desfallecer, y del que, no obstante, aprendimos que uno no cae...
Read More

