
Julián Paniagua, Jacinto Sánchez y Antonio Moreno
Allá por el año 1881 aproximadamente Don Saturnino Serrano, sacerdote, abogado y asesor del Ayuntamiento de Torrejoncillo realizaba quizás su intervención más conocida en nuestra localidad, actuó en la mediación para la concesión de la oficina de Telégrafos, que ya empezaba por entonces a ser solicitada y que tras muchas mejoras con el paso del tiempo, aun en Torrejoncillo ha llegado a transformarse en la oficina de la Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos (Correos).
Unos 131 años de correspondencia en nuestra localidad y que quizás, por la edad media de nuestros habitantes y paisanos fuera de nuestra localidad nos haya llevado tan solo a conocer a la plantilla actual de esta empresa y a su generación anterior que es de la que vamos a tratar y dar un pequeño homenaje, a través de este articulo, en nuestra pagina Web “Torrejoncillotodonoticias”.
Julián Paniagua, Jefe de la oficina, antes conocida como “estafeta”, desde sus 23 años hasta su jubilación, 42 años de experiencia y esfuerzo para llevar una oficina que en aquellos tiempos, en la que no existía casi maquinaria. Un trabajo todo anotado a mano y archivado en papel, y muchísimas cuentas para que cada día cuadrara las contabilidad, ya que Julián repartía aquel dinero que nuestros emigrantes mandaban a sus familias, además de las pagas de los jubilados que entonces llegaban por correo, desde luego, creo un trabajo importante que hoy en día con nuestros ordenadores no le damos importancia.
Jacinto Sánchez era el cartero de la mayoría de las calles de nuestra localidad, desde 1964, 25 años de reparto le avalan y con anécdotas infinitas, con su cartera a hombros, cartera de piel que pesaba tantos kilos como la correspondencia que repartía, en la actualidad los carros son mas cómodos, pero imaginaos el esfuerzo que seria repartir con semejante peso, en un pueblo, como es el nuestro, con probablemente el 80% de pendientes, y que de madrugada recorría hasta la parte alta de nuestro pueblo “Los Paradores”, donde acudía a recoger la correspondencia que venia por la línea de autobuses, y que tenia que desplazar a pie hasta su oficina en el centro del pueblo, un esfuerzo considerable entre correspondencia, paquetería y como no, ese dinerito que mandaban nuestros emigrantes a sus familias desde distintos puntos de Europa como Francia, Alemania, Holanda etc. y por supuesto las pensiones que se pagaban entonces por correo, y que desde luego, sabiendo que en esa época torrejoncillo debería tener mucho movimiento postal, gracias a su histórica industria que nos situaba durante algún tiempo en la quinta localidad con mas habitantes de Extremadura, a primeros de mes, recibían 600000 pesetas, que en aquella época una cifra muy importante, y que en esas ocasiones acudía escoltado por la Guardia Civil a recoger, y luego por la tarde acudía a las ocho a entregar la correspondencia que tenia que salir hacia sus destinos.
Antonio Moreno, 25 años de servicio, en Correos, comenzó allá por el año 1964, repartía algunas calles del pueblo, y comenzó a repartir la Pedanía de Valdencin, con unos 500 habitantes, a 7 Kilómetros de Torrejoncillo, fue el primer cartero de esta pedanía, ya que estaba recién construida, en una época en la que los pueblos de colonización abundaban mucho, gracias a las zonas de regadío, en aquella época, al igual que sus compañeros, trabajar en Correos era dar un servicio postal y una amistad a sus clientes, ya que por ejemplo, en el caso de Antonio, por destacar una anécdota, recogía lo que era entonces aquel boleto de lotería de fútbol, luego vino la primitiva, recordareis con tres partes troqueladas , la central, una calca, y que te sellaban con una especie de sello y te entregaban la copia, pues bien, en Valdencin no existía administración de sellado de las mismas, y el, por hacer el favor a sus paisanos y amigos, recogía una vez a la semana esas quinielas a la vez que iba repartiendo casa por casa, ese mismo día, por la tarde, fuera de su horario de trabajo, y altruistamente, acudía a la administración de nuestra localidad, le sellaban dichas quinielas, las pagaba, y al día siguiente en su reparto, devolvía a sus respectivos dueños.
Un servicio, entre muchos, que no era competencia de él, ni de sus compañeros, incluso de la empresa, pero que daba confianza, caché, e importancia a esta empresa que ellos defendían.
Es por ello, por todo lo que esta saga de carteros hicieron en nuestra localidad, y por el afecto que la mayoría le tendremos, unos en Torrejoncillo, otros en Valdencin, por lo que creo deben constar en esta sección de personajes torrejoncillanos, que tengo el gusto de redactar.
MALM
Estos si que fueron tres grandes personas y tres grandes profesionales, que en épocas de mayor crisis que la de ahora supieron desempeñar su trabajo un una gran profesionalidad. Que buenos recuerdos me traen los tres, sobre todo tio Jacinto; «la de vasos de limón que me habré tomado en su bar».