
Épica tarde de Emilio de Justo en Mont de Marsan

Oreja de ley para el torrejoncillano en una tarde, sólo para toreros, en una complicadísima corrida de Adolfo Martín.
Impresionantes los seis cárdenos que presentaba el ganadero Adolfo Martín en la plaza del sudeste francés de Mont de Marsan, con una exquisita afición, exigente y que sabe lo que ve y sólo ve lo que quiere, tal es así, que el próximo 30 de septiembre está anunciado nuevamente Emilio de Justo, con toros de Victorino Martín, que cerrarán la temporada de esta plaza francesa.
Seis toros seis, en el tipo del marqués de Albaserrada, de impresionante estampa, de los que quitan el hipo y de los que hay que tragar y tragar para estar delante de ellos. Seis toros de los que muchas de las figuras, de las que tarde tras tarde, feria tras feria, una y otra vez se acistan la taleguilla, solo verán un pavo de los de esta tarde desde la barrera.
Y ahí estaba el torrejoncillano de la calle Coria, con un elegantísimo terno azul y precioso bordado en oro que estrenaba para la ocasión, diciendo nuevamente al orbe taurino, aquí estoy.
Tragó y tragó ante dos morlacos complicados, como el resto de la corrida, que desarrollaron sentido y que en todo momento sabían lo que dejaban atrás, auténticas alimañas a las que sólo se pueden lidiar con oficio y valor.
En el segundo de la tarde, ante el que no había nada que hacer, pues desarrolló sentido de forma exagerada tras salir de la suerte de varas, y que solo se defendía y se revolvía entre pase y pase con extremo peligro, Emilio tuvo el valor y maestría para recetarle una tanda por el derecho marca de la casa. Se silenció la labor tras la estocada y descabellos y el toro fue pitado en el arrastre.
El encastado quinto, de impresionantes velas, sólo para figuras del toreo, vio como Emilio iniciaba la faena de forma elegante y con temple por bajo y le sacó muletazos de excelente factura `con valor y oficio por ambos pitones, ante un Adolfo al que no se le podía hacer más por su dificultad y peligrosidad. Lo pasaportó tras una buena estocada y el presidente le recompensó con una más que merecida oreja.
Emilio fue el triunfador de la tarde de los Adolfos, que cerraba la feria de la Magdalena y en la que sus compañeros de cartel Aguilar y Lamelas, no cortaron trofeos, ambos vuelta y silencio.
El próximo 8 de agosto nuestros vecinos franceses tendrán la suerte de volver a ver a nuestro paisano torear.
¿Cuándo los empresarios del país del toro dejarán de cambiarse siempre los mismos cromos y nos dejarán volver a ver torear a Emilio de Justo?
Ángel Carlos Sánchez
Enorabuena maestro y mucha suerte un saludo paisano