
Promesas, promesas y más promesas…

Este año 2015 si por algo va a ser recordado, es por ser el año de las elecciones…elecciones por adelantado al parlamento andaluz el próximo domingo, elecciones municipales y autonómicas en mayo, elecciones catalanas en septiembre, se adelantan un año y medio, “para culminar su proceso soberanista” y el día no ha sido elegido al azar, coincide el comienzo de la campaña, con el día de la Diada, el 11 de septiembre, y como colofón a este año electoral, si todo ocurre según lo previsto, en el mes de noviembre elecciones generales, aunque también podrían ser en enero de dos mil dieciséis, pero enero no es un buen mes para celebrar las elecciones, teniendo en cuenta que los actos de precampaña y campaña coincidirían con las Navidades.
Con este panorama, podría decirse que el año dos mil quince es el año de las promesas, los partidos hacen promesas, promesas y más promesas, creación de un millón de empleos, subir el salario mínimo interprofesional, bajar impuestos, renta básica universal, seiscientos euros para todos lo inmigrantes que lleguen a España, promesas que en la mayoría de las ocasiones no se cumple, aquí se podría aplicar el dicho de “prometer, prometer hasta………..ganar y una vez ganado se acabó lo prometido”
Lo único bueno de los años electorales, es que este año es ideal para solicitar y pedir a las distintas Administraciones Públicas, no importa lo que pidas, restaurar el retablo de alguna ermita olvidada, reparar algunos baches, da igual….como es año electoral, seguro que lo conceden, y qué decir de las obras públicas, bien sabemos los que tenemos familiares en este sector, que este año, hay más caminos y carreteras que arreglar, incluso se convocan oposiciones que llevaban años sin convocarse.
No importa quién gobierne, todos se comportan del mismo modo, una pena que esto sólo ocurra cada cuatro años.
María José Martín Moreno
Estoy de acuerdo contigo Mª José, ahora toca promesas, endulcorar los gestos con la gente, poner cara de bobalicones tratando de transmitir toda la atención sobre la demanda de los ciudadanos, etc.
Pero digo yo que algo de culpa tendremos nosotros, cuando de alguna manera damos pie a que interpreten que no van a tener castigo con las promesas incumplidas, la escasa optimización de los recursos que manejan o la escasa información que reciben los ciudadanos una vez pasadas las elecciones.
Eso si, tenemos un poder (los ciudadanos) que escasamente utilizamos, EL VOTO, sobre todo si lo hicieramos ajustandonos a nuestros ideales, necesidades o reclamaciones y no a utilizarlo con criterios de afinidad política, amistad, familiaridad, etc.
Saludos