
¿Nos hemos vuelto locos ya?, un poco, ¿y ahora? un poco más… ¿y ahora? ya casi del todo

En una semana donde el miedo y el temor se han convertido de nuevo en el arma más poderosa, el mundo seguía girando a trompicones entre crisis, improvisación y lagunas informativas. Pongamos un puntito de cordura y una chispa de información a este caos, ya que hace 29 años el señor Alfred Nobel decidió premiar las contribuciones científicas y culturales, aunque creo que nunca imaginó una semana tan alocada como la de este año.
Seguramente Alfred hubiera dado dinero por conocer a O’Keffe y al matrimonio May y EdvarMoser, premios Nobel de Medicina, los cuales nos cuentan que ellos, gracias a unas conexiones neuronales nos pueden sacar a relucir y solucionar un dilema tan utópico como habitual: “Saber dónde estamos y a dónde queremos ir” -Pues ahora mismo, no sé cómo le diría yo a los tres doctores, pero no es que estemos muy “allá” y tampoco es que queramos ir mucho más lejos, que fuera ya empieza a hacer frío, está oscuro y encima hay virus y cosas raras-.
Menos mal que llegaron nuestros amigos los asiáticos Akasaki, Amano y Nakamura y nos alumbraron el martes con el descubrimiento de las luces LED de bajo consumo, lo que supone dos cosas: Premio Nobel de Física y solución a lo que decían sus colegas los doctores, dando luz a donde estemos y ver un poquito más allá de donde queremos ir, y encima si es gastando poco, pues eso que nos llevamos.
Cogimos aire el miércoles, no mucho, porque todavía no se sabía si el tema este del Ébola se podía contagiar por el aire o por donde, pero así llegamos al jueves, donde Patrick Modiano se llevó el Nobel de Literatura. La obra maestra de este señor: “El café de la Juventud Perdida”… -vaya como voy hilando esta columna para ser la primera- Obras caracterizadas por pocas páginas, con mucha intensidad, como la vida misma. En su última obra dice Patrick: “Un timbre de teléfono. – Hola, tengo en mi poder una agenda que habías perdido- Algo parece sospechoso” Y tanto amigo Patrick, cuelgue y marque el 1 y el 1, y cuando yo le diga, marque el 2.
Intensidad y efeméride, eso debió pensar Malala, Premio Nobel de la Paz, cuando fue tiroteada por defender algo que parecía tan lógico como anhelante, una educación libre y respetada por sexo, ideología y cultura. Esa misma educación con la que Satyarthi dejó el ordenador a sus 28 años y se dedicó a demandar a grandes multinacionales que explotaban a niños, liberando de la esclavitud a más de 80.000 niños en más de 160 países. Por fin, un Nobel de la Paz que se ataña a las definiciones – y hasta ahí puedo leer –.
¿Por lo demás? Ya estamos un poco más locos y tenemos un poco más de miedo… Pero ante todo y por lo que veo, por desgracia para Alfred Nobel, seguimos sin tener claro ni donde estamos ni a dónde queremos ir, nos faltan luces, LED o no, para ver más allá de la venda de esta sociedad intrépida e intensa, y cuando todo esto pasa y estamos al final casi sin aire, vemos que se nos ha olvidado el principio más básico de todos: la educación.
Cojamos aire, pero poco, por si las moscas…
MirabelAlviz
Buenas tardes:
Pido disculpas por el baile de fechas, pero el formato que se esta llevando actualmente con los nombres actuales (Nobel de Medicina, Física, Literatura y Paz) si lleva 29 años. Es cierto que originalmente los premios llevan más años, como dice Paco, en concreto desde 1901.
En cuanto a «Hemeroteca» y «Apócope» la explicación es muy sencilla. Trataba de dar un punto de dinamismo y humor a una semana más que alocada, donde parece que el ruido del Ébola se nos ha olvidado comentar estas noticias en telediarios e informativos. Simplemente trataba de hacer un repaso de lo que fue la semana, si os fijáis la columna toma forma de diario.
Aun así, gracias por la crítica constructiva, es mi primera columna y trataré que las mejores sean más documentadas y si tengan por donde cogerse.
Mario, te falta documentarte un poco sobre los Premios Nobel. La verdad es que no hay por donde cojer este artículo. Nos gustaría que nos lo explicases y te lo pido desde la educación.
Hace más de 29 años. La mayoría se empezaron a dar en 1901 y los se económica desde 1969
Pues vale, hilas muy bien datos pero no acabo de pillar su finalidad, será cosa de la educación.