La «Marca España»
«¡Aquí cabemos todos, o no cabe ni Dios!«(Víctor Manuel San José)
.
Una semana más que no lleno las páginas de estos cuadernos con los versos que aún debo al “Sandokán rubio” del Yoni. Justo cuando estaba buscando una metáfora que retratara la mirada profunda del susodicho, ha tenido que llegar el Sr. García Margallo, Ministro de Asuntos Exteriores, para más señas, y me ha apaciguado las hormonas en un santiamén.
¡Por Dios, qué pronto se le quitan a una en este país las ganas de todo!
Hablaba el buen señor de la “Marca España”, que a mí me suena a aquel eslogan rancio del Spain is diferent! de Fraga, o si me apuran a otro más rancio todavía, que repetía mi abuelo sarcásticamente: España, Una, Grande y Libre y luego soltaba aquello de Reixa: “España es una, porque si hubiese otra, estaríamos todos en la otra”.
O a aquel otro chiste, con el que en ocasiones nos llegaba a aburrir mi padre: Franco ante la multitud, arengando: ¡Españoles, después de tres años de guerra y diez años de paz! ¿Quién come pan en España? A lo que la eufórica masa de abducidos, respondía: ¡Franco, Franco! Al contar el chistecito por enésima vez yo lo miraba estilo rayo fulminante y él me decía: ¡Joder, Julita, pásalo a pasiva!
¡Y así nos pasamos la vida en este país, pasando a pasiva tantas cosas! Jamás pensé que le daría la razón a Don Manuel Fraga, pero, mire usted, tan tranquilito que estará en su última morada, he de decirle que prefiero su frase a esa “Marca España” que no logro explicarme a que tón viene. La suya sí que está bien elegida, porque en este país, esto no hay quien lo discuta, diferentes, somos un rato.
Cada vez que oigo hablar de la “Marca España”, me pongo de mal humor, y me digo: Julita, ya te vale, estropear un cuaderno de hadas tan bonito, escribiendo improperios y exabruptos que, en condiciones normales, una chica cándida y angelical, como es tu caso, no tendría que escribir.
Primero pensé que la expresión se refería a alguna marca de ropa con denominación de origen, esos llaveritos, cinturones, etc, con que se adornan los que llevan a la “Patria Sacrosanta” por bandera. Pero no, pronto me di cuenta de que se trataba de un concepto más profundo que a mí, que estoy entre lo real y lo imaginario, me cuesta comprender, cuanto más a los que vais de normales por la vida.
¿De qué mente preclara ha salido este invento de la “Marca España”? ¡Buena nos tienen España para que nuestros convecinos confíen en su imagen!
A mí, hasta me parece una broma de mal gusto; y que sea una expresión que tenga cada dos palabras en la boca, a punto de ser escupida, el Ministro de Asuntos Exteriores, en fin, ya es el remate final.
Porque a ver, puestos a clarificar la cosa, a ver si nos enteramos qué cosa es ésta, bote pronto, se me ocurre que la “Marca España” debe ser tener al marido de una Infanta de España , imputado en un delito de corrupción que lo flipas y que encima lo quieran fichar los qataríes para que les reflote el balonmano.
O puede que contribuya a enaltecerla, el paseo del cortejo fúnebre de Sara Montiel, en olor de multitudes, por las calles de Madrid; igualita que aquella Mª de las Mercedes llorada por aquel otro Borbón, y con Dª Ana Botella como cicerone, que tuvo la genial idea de ponerle “El último cuplé” para despedir como se merecía a la gran diva del cine español. Con esto no estoy diciendo que la Montiel no lo mereciera, porque a ver quién es la guapa que puede presumir de haber besado al auténtico Gary Cooper que, dicho sea de paso, ya le habrá hecho un sitio en los cielos.
Particularmente prefiero a aquellos cuya muerte no se anuncia en los titulares del telediario, aquellos que se van silenciosamente, como un tal Sampedro que ha sido capaz de dejar, sin ruidos ni alharacas, una marca indeleble en las conciencias, luchando por dentro que es desde donde hay que luchar.
Aunque quizá la «marca» de marras , sea tener el sello personal de un tal Bárcenas, el más reputado de los tahúres, además de mago de todas las barajas. O ver de qué manera libramos a Dª Cristina de que vaya a declarar a los juzgados como cualquier mortal, porque en qué cabeza cabe imputar a tan noble señora, no vaya a ser que la dichosa “marca” haga aguas. Y es que en este país nuestro despojamos a Iustitia de su venda cuando mejor nos parece. Por desgracia, seguimos teniendo la sensación de que quien tiene padrinos se bautiza, y todos destapamos los botes de conffeti porque Dª Cristina de Borbón sea defendida por el “mejor bufete de abogados de España”. Pues eso, que deben ser cosas también de la “Marca España”, que uno de los considerados “Padres de la Constitución”, el Sr. Roca i Junyent, sea primera plana del telediario de mayor audiencia; me refiero al que se nos atraganta cada día cuando estamos haciendo la digestión. Sólo le faltó al Sr. Roca tirar cohetes; perdón, realmente los tiró, porque puso el broche final hinchando el pecho y diciendo que , claro, con lo amigo que era él del Rey, y viceversa.
Y, en fin, para hacer de esta «marca» algo grande e indisoluble, nuestro Monago también pone su granito de arena, que no se diga luego de los extremeños; le recuerda a su compañera Alicia Sánchez-Camacho que Don Mariano “el Invisible”, que es el que tiene la badila, nunca permitirá que nadie en esta España nuestra, se siente a otra mesa distinta a esa “mesa camilla” con tapetito de ganchillo y partida de canasta, que es España para ellos. Y, Cataluña, hasta que no se demuestre lo contrario, es España.
¿Y los seis millones de parados? ¿Esos forman parte o no forman parte de la “Marca España”? ¿Se sientan esos a la mesa camilla de la que habla nuestro Monago?
Vamos a pasarlo a pasiva: ¿Esos seis millones y pico de parados no estarán en el fango por los que se empeñan en crear esa “Marca España”?
No hay mucho que pensar, ¿verdad? La respuesta es afirmativa; pues ea, para eso es para lo que sirve su dichosa “marca”. Que estoy muy harta de llenar mis cuadernos con estas cosas, que a ver si se enteran de que cada vez me corre más prisa escribirle esos versos al Yoni, a ver si se da cuenta de que estoy por sus huesos.
Ah…¿ Y saben qué les digo? ¡Que quien no conozca esa “Marca España”, que la compre!
.
Mª José Vergel Vega