Valdencín festejó a lo grande su Romería
El tiempo respetó el día grande valdencinero.
Miembros de la directiva de la Asociación «El Galapero», organizadora de la Romería – JULIÁN MANIBARDO
Un año más (y ya van ocho) se celebró la Romería de la pedanía torrejoncillana, fecha que se ha convertido en imprescindible para el calendario de los propios vecinos de Valdencín, de sus paisanos de Torrejoncillo y de los vecinos de los pueblos de la zona, quienes a pesar del mal tiempo reinante a lo largo de la Semana Santa no dudaron en acudir a una fiesta de altos vuelos.
Fue un Sábado Santo en el que la lluvia se tomó un respiro y dio paso a un día de claros y nubes, con momentos de mucho sol que los romeros agradecieron enormemente. Sin embargo, las precipitaciones caídas los días anteriores provocaron un mal estado del terreno que a última hora del día, tras el paso de visitantes, caballos y vehículos se convirtió en un auténtico barrizal. De hecho y visto lo que iba a suceder, la organización de esta romería, que corre a cargo de los vecinos de la pedanía, se vio obligada a cambiar en parte su lugar de celebración, situándose las carpas musicales y los distintos puestos en la zona de la pradera próxima a las viviendas cercanas en lugar de en plena explanada como en años anteriores. A pesar del buen día, el mal tiempo a lo largo de la semana hizo que abundaran los charcos y esto se tradujese en el consiguiente lodazal.
Rotura de pucheros en los juegos populares – LOURDES MARTÍN
El festejo romero arrancó a las nueve de la mañana en la plaza de Cáceres donde los valdencineros dieron el pistoletazo de salida a la romería tomando un multitudinario café con churros. Tras esto la Charanga se convirtió en la protagonista principal de la fiesta durante buena parte de la mañana, celebrándose un largo pasacalles a lo largo y ancho de la localidad hasta llegar a las inmediaciones de la pradera en el que todos los vecinos y visitantes llegados exclusivamente para la cita se lo pasaron pipa al son del «Tiroriro», «Paquito el Chocolatero» o la inconfundible «Carrascosa».
Tras este gran repertorio y baño de masas de músicos y romeros se celebró alrededor del mediodía un concurso variado de juegos populares, donde todo aquel que se animó pudo participar en los juegos de toda la vida como la rotura de pucheros o carreras de sacos, los cuales hicieron las delicias tanto de niños como de mayores. A continuación se celebró la tradicional carrera de cintas para los caballistas en la pradera, premiando la organización al mejor caballo, mejor atalaje y mejor carroza romera.
A partir de entonces, la amplia variedad de puestos clásicos en todas las romerías y sobre todo las carpas musicales se convirtieron en el punto de encuentro de los romeros, quienes disfrutaron bebiendo, comiendo y bailando de horas y horas de una música y un ambiente espectacular. Como es típico en cualquier cita de este tipo, cada valdencinero ocupó su caseta personal alrededor de la pradera, donde el tradicional vino de la zona y los embutidos caseros fueron presa de todo tipo de gaznates.
A la zona festiva se fueron acercando a lo largo de la tarde más y más visitantes que alargaron la romería hasta bien entrada la noche, abandonando los más tardíos las carpas a altas horas de la madrugada, con pena de despedir hasta otra edición un evento que año tras año crece en dosis exponenciales. La antesala sin duda de la romería torrejoncillana en honor a San Pedro que se celebra el próximo lunes 8 de abril y en la que nuevamente valdencineros, torrejoncillanos y paisanos extremeños disfrutarán en comunión de posiblemente una de las mejores festividades de la región.
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A continuación os dejamos con las imágenes de la Romería de Valdencín, cedidas por Julián Manibardo, Esther Moreno, Lourdes Martín y Ricardo López, a los que agradecemos la cesión de estas fotografías:
