
Crónicas del corazón
«No basta con tener un sueño, hay que luchar hasta alcanzarlo» (Jorge Bucay)
Hace unos días, grababa con Almudena Salvatierra y Elvira Díaz , un nuevo programa de “La Mecánica de la Vida”, en este caso el tema era: “La Amistad”. En algún momento expresé la idea de que la Amistad tiene mucho que ver con los pronombres: el Yo, que tanto usamos aquellos que no comprendimos la lección de Narciso, se diluye en el Tú para terminar viviendo en el NOSOTROS, que es la cima de la Amistad y por tanto, el mejor territorio para asentar la PAZ.
¿Será acaso la Paz cuestión de pronombres? ¿Estará la pacificación del mundo en manos de los gramáticos? ¿Dependerá la Paz de que cada uno hagamos una revisión integral del lugar que ocupamos en el mundo y de nuestro cometido en él?
Hace unos años, escribí unos titulares, al escuchar por enésima vez una hermosa canción de Moustaki: Il y avait un jardin qu`on appelait la terre, y escribí estas «Crónicas del corazón» que se publicaron en el Matarratos Vía Paz del IESO Vía Dalmacia, editado por Rumorvisual.
Os las dejo hoy para que reflexionemos sobre el sentido de esta celebración de la Paz que, para mí, no deja de ser una paradoja; o, al menos, yo me referiría a esta jornada del 30 de Enero como «Día para reivindicar la Paz».
Crónicas del corazón
Yussef Moustacchi, músico de Alejandría, compone en 1971 :
» Il y avait un jardin qu`on appelait la terre…
Y AÚN desde entonces…
Se busca al portador de un alijo de semillas de miseria…
Se ha visto a un hombre dormir sobre su fusil en estúpida actitud de esperar la primavera…
Muere una flor mientras esperaba el rocío…
La pertinaz sequía hace desaparecer el último oasis donde se hacía fuerte la palabra…
Brotan lágrimas de un campo de muertos…
Académicos de la Lengua no dan crédito a la desaparición de las palabras y lamentan no poder hacer declaraciones…
Se descubren extraños casos de humanos que añoran el aroma de las flores…
Se buscan labios para morder la sinrazón…
Hallan entre las ruinas una sonrisa de gioconda bastante lastimada.
Muere la última bailarina que vivía en una caja de música: se sospecha de un corazón de plomo al que se vio merodeando por los alrededores…