El Mundo se ha vuelto loco

Estamos tan habituados a leer noticias sobre corrupción, que cada vez nos espantamos menos de los desaguisados que montan gentes famosas y con dinero como políticos, deportistas, artistas, eclesiásticos o nobles. Y esta aceptación nos lleva a pensar que todos son iguales, se han perdido los valores y el mundo está corrompido. Y ningún gremio se escapa.

Así nos enteramos de que hay militares que negocian con seiscientos kilos de cocaína, presidente del Tribunal Constitucional que tiene que dimitir de su cargo por las acusaciones sobre mal uso de recursos con fondos públicos, expresidente de una nación vecina investigado, exministro del gobierno de España y expresidente del Fondo Monetario Internacional sometido a una investigación sobre su responsabilidad en la mala gestión de Bankia, junto con otros treinta altos cargos acusados de estafa o apropiación indebida, obispos que tienen que dimitir por bañarse con una amiga, clérigos pederastas; alcaldes y senadores acusados un día sí y otro también, Urdangarín y el caso Noos, la infanta, los ERES, Gürtel, Rumasa, Afinsa, Barclays, etcétera; políticos que no nos dicen la verdad, pues nos habían hecho creer que nuestro sistema financiero era el más sólido, para despertarnos al día siguiente con que la banca española necesita rescate de Europa y nos movemos con el temor al rescate de España, la subida del IVA y bastantes ajustes más. ¿A dónde vamos a llegar?

Los infractores de la ley salen indemnes o, como mucho, unos pocos años de cárcel, y a disfrutar de la vida, pero sin devolver lo robado. En cambio, si el ciudadano de a pie infringe la ley, se le cae el pelo.

Esto me recuerda aquel pasaje de la Historia Sagrada en el que el patriarca Abraham intercede ante Yavé para que no destruya Sodoma por un puñado de pecadores, si encuentra cincuenta justos en la ciudad. Yavé se lo promete, pero como no los halla, va rebajando a treinta, veinte, diez, cinco, pero ni un solo justo encuentra. Ahora no andaríamos muy lejos.

Y a día de hoy, con la espada de Damocles del rescate sobre la cabeza de España, el gentío está cada vez más pesimista: el paro crece, el bienestar baja, las protestas callejeras aumentan, la credibilidad política disminuye, las tensiones en el seno del PP aumentan debatiendo sobre rescate SÏ, rescate NO, aunque es seguro que ganará el sí.

Menos mal que, en medio de la crisis, la Roja nos dio una alegría, con su juego limpio, sus triunfos y su capacidad para hermanar a los españoles. Esperemos que en este mundo de locos y corruptos, aún haya esperanza para la cordura.

Me pregunto si tendrá algo que ver con esto el bosón de Higgs y se descubre que parte de la materia de que se componen ciertos individuos, está podrida.

Rosa López Casero