La niebla cubrió la noche de La Encamisá
Noche típica la vivida el pasado miércoles en Torrejoncillo durante la tradicional procesión de La Encamisá. Más de doscientos jinetes ensabanados, encabezados por el mayordomo Arsenio Moreno, quien portaba el Sagrado Estandarte, recorrieron como es tradición las calles del pueblo durante más de tres horas. Procesión que se inició a las 10 de la noche, momento en el que cientos de personas se congregaban en la Plaza Mayor a la espera que se abrieran las puertas de la iglesia, para ver salir, entre vivas y salvas de escopeta, el estandarte de manos de los miembros de la directiva de paladines.
Foto: Ana Rodrigo / Noelia Chaves.
En cada uno de los rincones del recorrido se pudieron ver las muestras de fe que este pueblo procesa a su patrona, siendo muchos los momentos en los que el visitante quedó sorprendido al ver el amor y la pasión con que los torrejoncillanos y torrejoncillanas reciben el paso del estandarte.
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Ayer 8 de diciembre, se celebró la festividad de la Inmaculada Concepción, patrona de Torrejoncillo y con la que se dieron fin a los actos principales de las fiestas. Durante estos días, ha tenido lugar el I Rally Fotográfico ‘Vive la Encamisa’, concurso que ha congregado a gran número de aficionados intentando captar los momentos más representativos de las fiestas.
Fuente: Diario Hoy (Gustavo Rodríguez)
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El 7 de diciembre del año 1983 Arsenio Moreno vivía uno de los momentos más felices de su vida al recibir en sus manos el estandarte con la imagen de la Virgen de la Inmaculada durante las fiestas de La Encamisá. El pasado miércoles, a las diez de la noche, y veintiocho años después volvió a ser el protagonista de esta misma escena frente a la iglesia de san Andrés Apóstol. «Es un momento inolvidable que dedicaré a mis dos hermanos y mis padres, ya fallecidos«, expresaba ayer antes de subirse al caballo que le llevaría hasta la puerta de la iglesia para recibir el estandarte e iniciar la procesión por las calles del pueblo cubierto con la típica sábana blanca con la imagen de la Virgen. «Han pasado muchos años, pero la ilusión y el sentimiento son los mismos porque es algo que se lleva dentro«, confesaba Moreno. En su caso, al igual que muchos torrejoncillanos, nunca ha faltado a esta fiesta declarada de Interés Turístico Nacional y cuyos orígenes son del siglo XVI.
En cuanto a la procesión, a la que se sumaron 220 escopeteros y 250 jinetes, se desarrolló envuelta de un absoluto silencio que se rompía con gritos de ¡Viva la Virgen de la Inmaculada! y ¡Viva la Madre de Torrejoncillo!. Después, y tras la gran demostración de cariño y devoción hacia la Inmaculada, llegó el merecido descansó endulzado con los 105 kilos de coquillos, 24 kilos de cañas y otros cientos de rosetas y roscas que ofreció la mayordoma, Conrada Moreno. Ayer, los actos continuaron con el Día de la Pura dentro de un programa organizado por el ayuntamiento en colaboración con la Asociación de Paladines.
Lo de los 250 jinetes no se lo cree nadie y lo de los escopeteros tampoco… esta ha sido una de las encamisas con menos gente y menos tiros que yo recuerdo, debe ser la crisis