
TINAJEREROS BICENTENARIOS
El pasado 12 de junio nos encontramos este artículo en el diario Hoy sobre nuestros paisanos, el cual queremos reproducir.
Cuesta acceder al taller, uno se pierde entre cientos de recipientes de tamaños y formas de lo más heterogéneas. «Ya no se hace tinajería de grandes dimensiones», explica Rafael Moreno. Tienen el privilegio de ser uno de los únicos talleres de todo el país que elaboran tinajas de más de un metro. De ahí que reciban llamadas de los lugares más inverosímiles solicitando encargos, en ocasiones un tanto peculiares. Entre las últimas creaciones gestadas en el local está una tinaja de más de dos metros, a petición de un madrileño que la utilizará como ducha. Crear una obra de estas características conlleva un mes. Moreno comenta que la gente a veces solicita «cosas especiales, que siempre que estén a nuestro alcance, las hacemos». La técnica se remonta a muchos años de experiencia, alejada de moldes. El material, un tipo de barro autóctono similar al refractario que recogen en fincas de su propiedad. Esa conjunción da lugar a trabajos característicos y radicalmente distintos al resto.
Hoy en día, la compra de tinajas no tiene un fin práctico sino ornamental. La decoración de jardines y negocios se ha popularizado en los últimos años. «Hace poco que he llevado a Badajoz 18 piezas que van a decorar un futuro hotel», comenta uno de los socios. Tinajas, hornos y ánforas se reparten por las instalaciones, pero hay algunos recipientes ‘estrella’, como el llamado ‘fogón de Daniel’ . Un horno a carbón de tamaño ovalado que mantiene la arcilla como materia principal y que se lleva la palma en ventas.
Su publicidad es la más económica y efectiva. El boca a boca logra que la familia se conozca fuera de Extremadura. Aunque Torrejoncillo siempre ha sido pueblo de artesanos, en los años 60 empezó a perderse esta tradición. La llegada de materiales menos pesados, como el cristal o el plástico, relegó el barro y el negocio decayó. Sus precursores emigraron a otras ciudades. Por suerte, quedó un tinajero, tío de Rafael. «Con él aprendió su hijo, aprendimos nosotros y continuamos aquí».
Como en otras empresas, la crisis económica se nota. «Hace tres y cuatro años sacábamos el 80 por ciento de las tinajas fuera; ahora las ventas han bajado», explica Moreno. Sin embargo, próximamente abrirán nuevas instalaciones en Cáceres, para seguir difundiendo su arte bicentenario.
Fuente: Diario Hoy.