
DE LOS CARROS…AL HIERRO
Las capeas se celebraban en el mes de septiembre una vez concluidas las labores agrícolas.
La plaza de toros, al igual que en muchos pueblos, se formaba con carros, carretas, tablones, talanqueras, ruedas de carros… y demás materiales que se entrelazaban con sogas y clavos para formar el recinto que serviría durante unos días como coso taurino.
Los carros, tablones, escaños… y demás elementos, eran aportados por los propios vecinos, al igual que el trabajo necesario para su montaje.
Para la organización de la fiesta aparece la figura de “los cabeceras”, normalmente ganaderos y personas aficionadas a lo taurino. Los cabeceras se reunían en alguna taberna de la localidad y entre vaso y animada tertulia comenzaban los preparativos y la recaudación de las aportaciones que los vecinos hacían para sufragar los gastos. Después apalabrar y cerrar trato con ganaderos.
El alcalde de Torrejoncillo se dirigía, por escrito a los propietarios de carros y remolques para que los aportaran como elementos constitutivos de la plaza, así consta en documentos del Ayuntamiento.
En la década de los setenta el Ayuntamiento busca un empresario que se hiciese cargo de los festejos, de tal manera que el Ayuntamiento sólo cedía la plaza del pueblo durante unos días al empresario, y éste tendría que asumir los gastos del ganado. Aún en estas fechas siguen aportándose algunos carros y remolques, por vecinos, que recibían, en compensación, un número determinado de entradas. Para recuperar gastos el empresario cobra una entrada. Así consta también en contratos firmados entre Ayuntamiento y empresario Taurino.
Con el tiempo, van desapareciendo los carros y remolques de la plaza, construyéndose toda ella (a excepción de la parte baja, donde confluye la calle Barrio Nuevo) de palos que se ensamblaban con puntales verticales, separados unos de otros para permitir la entrada y salida y así servir de resguardo ante las envestidas de las reses.
En la parte superior, de estos puntales verticales había una plataforma de madera que albergaba al público.
Han pasado los años, las fiestas están plenamente integradas en agosto, y surge por primera vez la idea de crear asociaciones taurinas y que con el nombre de “PEÑAS” dan vida a la fiesta.
La primera en nacer fue ”El Pechín” en 1.974, después vendrían otras.
A finales de los años setenta se amplían los festejos taurinos lidiándose vacas en la madrugada.
Con la llegada de la década de los ochenta, se ensaya, por primera vez la salida de las vaquillas nocturnas fuera de la plaza, a un recinto exterior, (Calle Barrio Nuevo), cerrándose dicho recinto con empalizadas de madera, que al año siguiente son sustituidas por otras metálicas.
En 1.984 se sustituye la plaza de madera por la actual plaza metálica, propiedad del Ayuntamiento, agregándose en años sucesivos nuevos elementos como: puertas, toriles… hasta llegar a la que conocemos en nuestros días.
Especial atención merece la forma de financiación de dicha plaza, que se llevó a cabo con la emisión de bonos que, vecinos, industriales y comerciantes compraron al Ayuntamiento para poder ejecutarla.
Dicha plaza fue construida por D. Marcelino Serrano Martín, herrero de la localidad, según reza en el contrato fechado el 31 de Mayo de 1.984.
Durante el transcurso de estos años han ido naciendo más “Peñas” y en 1.985 se unen y crean “LA FEDERACIÓN DE PEÑAS TAURINAS”, siendo en este año cuando se elimina el recinto exterior del Barrio Nuevo que es sustituido por un recinto concéntrico utilizándose para su cierre, empalizadas metálicas.