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SOL NOCTURNO

En los pueblos no existía la luz eléctrica, al llegar la noche lo más usual era la utilización del candil, este aparato fue un buen compañero en las noches de invierno, funcionando de diez a doce horas seguidas. Consistía en un recipiente de latón o de hierro donde se echaba aceite de oliva, éste era el combustible, tenía el candil un estrechamiento donde se instalaba una “torcía”, ésta era de un material esponjoso que absorbía el aceite, se prendía y daba luz, una luz pobre y tenue, pero era la que había, con ella se cosía, se hacían encajes y las más nuevas bordaban su ajuar.
Existían otros artilugios que daban luz como el quinqué, que funcionaba con petróleo, también el carburo, que consistía en un depósito donde se ponía el carburo(mineral), éste se introducía en otro recipiente con agua, al mezclarse el agua con el carburo producía un gas que salía por una boquilla que al prenderse originaba una llama azulada ( estos artilugios los tenían los más pudientes).
Desde 1920 a 1931 algunos pueblos optaron por la electricidad, esto lo hicieron personas arriesgadas que se decidieron a montar una fábrica de electricidad (en este caso fue mi abuelo), dicha fábrica contaba con un motor movido por gas pobre o diesel y una dinamo que era movida por el motor, ésta producía la corriente eléctrica que era transportada por un tendido de cables al alumbrado público y a las casas particulares, en ellas no había contador, se pagaba un tanto alzado o en especies. En las casas sólo había una bombilla de quince vatios con un trozo de cable muy largo para poder llevar la luz donde se necesitara. El precio mensual de una casa era de quince céntimos y por año una fanega de trigo.
En la fábrica había un señor que tenía que quedarse toda la noche para atender el motor, si era de gas pobre(carbón vegetal) se tenía que echar cada dos horas, si el motor era diesel se echaba gasoil por la tarde y duraba toda la noche; dicha fábrica servía por la noche para producir electricidad, desde que se ponía el sol hasta que amanecía, ya que por el día no era necesario, no teníamos ni televisión, ni nevera, ni radio…sólo era la bombilla, claro está, la luz no se necesitaba durante el día. El señor (que en este caso fue mi padre) se encargaba de hacer el mantenimiento en el tendido eléctrico, pues como era bastante precario, cada noche al ponerse en marcha siempre había alguna avería que había que subsanar al instante.
Aparte, para aprovechar bien la fábrica, por el día se dedicaba a moler (de esto hablaremos en otro capítulo) y también al estar abierta por la noche servía para pasar algún que otro rato de tertulia antes de irse a acostar.
Esta era la luz de aquella época, lo que cuento es de Portaje, la fábrica se llamaba FÁBRICA HARINERA HIDROELÉCTRICA: SOL NOCTURNO.

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