
Dorothea y el sistema de numeración hindú

Supongo que no os sonará el nombre de Doro, es una historia, como muchas otras, desconocida y que me gustaría sacar a la luz, pero antes, pongámonos en situación.
La aparición de los números está íntimamente ligada al ser humano y las actividades que fue desarrollando a lo largo de la historia. Su aparición se cree que está relacionada con el conteo de objetos o animales de caza, así como a la medición del tiempo, no usado como referencia el día y la noche o las fases lunares.
Los registros más antiguos encontrados hasta ahora con evidencias sobre la existencia de la noción de número datan del 35.000 a. C. en un hueso de babuino con 29 muescas en África o un hueso de lobo en la República Checa, por el misma época, con 55 muescas, divididas en dos grupos de 30 y 25. La imagen anterior se retrotrae al 20.000 a.C., el hueso de Ishango, registro de gran importancia en la historia de las matemáticas que fue encontrado en la ribera del lago Edward en África Central.
Esta necesidad hizo que los métodos para contar fuesen evolucionando y mejorando con el paso del tiempo, considerando a estos primeros sistemas de numeración los primeros lenguajes escritos de la humanidad, anteriores, incluso, a la escritura.
Los registros más antiguos de sistemas de numeración se atribuyen a las civilizaciones egipcias y babilónicas, sobre el 3500 a.C.
Los egipcios desarrollaron un sistema de numeración con siete símbolos para representar 1, 10, 100, 1000, 10.000, 100.000 y 1.000.000. El modo de usarlos se basaba en un sistema aditivo (suma) en base 10, pudiendo repetir un símbolo hasta nueve veces.
La civilización babilónica, por su parte, desarrolló un sistema de numeración aditivo en base 60, de esta manera se favorecía la utilización de grandes cantidades con un menor número de símbolos, aunque en muchas ocasiones presentaba ambigüedades.
A partir de esa época, prácticamente cada civilización desarrolló su propio sistema de numeración, existiendo constancia documental del sistema numérico chino, maya (primero en el que aparece expresamente un símbolo para en el 0), inca, griego, romano…
Y aunque sabéis que no soy de vanagloriar los descubrimientos matemáticos, me quito el sombrero ante el sistema de numeración decimal, el que usamos actualmente, sencillamente porque es un descubrimiento brillante.
Veamos en qué consiste:
El sistema de numeración decimal es un sistema posicional aditivo en base 10. Utiliza 10 símbolos (0,1,2,3,4,5,6,7,8,9) a los que se les asigna un valor en función de la posición que ocupan. Si se coloca en el primer lugar por la derecha se obtiene su valor multiplicando por 1, si ocupa el segundo, multiplicando por 10, si está en el tercero por 100 y así sucesivamente. Se obtiene el valor numérico final sumando los resultados obtenidos.
Como siempre, se ve mejor con un ejemplo:
Es tan brillante este sistema que simplemente variando estos diez símbolos se pueden escribir un millón de números diferentes utilizando seis de ellos y además de un golpe de vista conocemos la dimensión de la cantidad a la que se refiere gracias a la simplicidad de multiplicar por 1, 10, 100, 1000…
Esta invención se debe a la genialidad de los hindúes y su pasión por los números que los llevó a conformar el sistema numérico Kharosthi, base del actual.
Como no hay constancia documental de cómo fue concretamente, he decidido crear una historia totalmente plausible de cómo se llegó a tan magno descubrimiento.
El rey hindú de la época, Devavarman («protegido por los dioses») encargó a un comité de sabios crear un sistema de numeración que mejorara el existente porque era agotador contar sus riquezas con él.
Esta comisión de sabios se rodeó de su buen grupo de asesores, la misión no era baladí.
Concretamente, Rishi Varunesh, sabio entre los sabios, tiró para esta misión de Aniruddha, un joven pensador y matemático que estaba casado con Dorothea.
Se pasaba los días y las noches Aniruddha buscando una solución al problema planteado de manera que apenas comía ni conciliaba el sueño.
Doro, ante esta situación se interesó por lo que a su marido le tenía tan ensimismado y mientras atendía sus cosillas, le propuso por qué no valoraba combinar el sistema aditivo (sumar los valores de los símbolos) con el posicional (el valor del símbolo depende del lugar que ocupe) y además ese valor de la posición que fuese calculado multiplicando por potencias de 10 (1,10,100,1000..) ya que esos productos son muy fáciles de calcular.
Y ahora me diréis, por qué creo que se lo sugirió Doro. Porque es una solución sencilla, práctica, eficiente y brillante. Y Doro en ese momento no estaba para perder el tiempo.
Aniruddha tomó nota, formalizó documentalmente la propuesta que le había hecho su mujer y se la hizo llegar al sabio Rishi Varunesh.
A Rishi, le dio la risa (me lo han dejado botando) y rápidamente lo llevó al comité de sabios para elevarlo al rey, dejando caer que aunque había sido un trabajo conjunto con sus asesores, él había aportado mucho a aquella idea.
Finalmente Devavarman aceptó la proposición del sabio y desde entonces las matemáticas cambiaron para siempre, el mundo cambió para siempre.
Vaya este artículo dedicado a todas las Doros silenciadas a lo largo de los siglos por su contribución al conocimiento y a la evolución de la ciencia.