La misteriosa muerte del fiscal Nisman
Una vez más la realidad supera a la ficción y el caso del fiscal Nisman es una de ellas, el guión perfecto para una novela de suspense.
El lunes pasado, amanecíamos con la noticia de la muerte anunciada del fiscal argentino Nisman.
Al día siguiente de su muerte, el Fiscal iba a presentar oficialmente ante el Congreso Argentino, la denuncia sobre el atentado terrorista ocurrido en el año 1994 en la sede judía de la Asociación Israelita Argentina, en el que todo apunta que estaba implicado el gobierno teocrático de Irán.
A este caso no le falta de ningún ingrediente para el suspense, una pistola que el fiscal pidió prestada para protegerse, una puerta que comunicaba su apartamento con el cuarto del aire acondicionado, abierta y con pisadas recientes, la visita de un viceministro antes de la muerte, los vecinos no oyeron el disparo, incluso un ex alto directivo de los Secretaría de Inteligencia huido a Uruguay …
Todo este asunto es pura novela negra, la prensa no sólo habla de conspiración, algún periódico español ha utilizado el término Nismangate, en alusión a que este asesinato acabe con la carrera política de nuestra “pre-si-den-TA” como a ella le gusta que le llamen.
¿Quién puede creerse que después de catorce años de investigación se suicide?, justo el día anterior a hacer pública la investigación y además habiendo avisado que estaba en peligro de muerte. Pues Cristina se lanzó de inmediato a anunciar “el suicidio”, que en cuanto se empezó a remover tuvo retractarse y decir “ahora estaba convencida de que Nisman no se suicidó”.
El motivo de la muerte es que iba a denunciar ante el congreso argentino, algo que ya había comentado en algún medio de comunicación, y es que la presidenta argentina, supuestamente, había prometido inmunidad al gobierno iraní a cambio de establecer relaciones comerciales: grano argentino a cambio de petróleo…
Mª José Martín Moreno