Una de ciencia ficción
Era un día lluvioso de primavera en Torrejoncillo, sus habitantes se preparaban para celebrar una de sus fiestas locales, la Romería de San Pedro, cuando saltó la bomba informativa: nuestra localidad era seleccionada para celebrar las próximas Olimpiadas.
Desde ese momento, todo fue muy rápido: nuestro pueblo comenzó a ser un hervidero, se empezó a planificar hasta el último detalle para albergar todos los deportes relacionados con el evento.
Y claro, ¡el turismo que esto iba a atraer! El asunto iba a ser un boom económico, por lo que comenzamos montando una playa en la zona de Las Viñas y un Aeropuerto en el Depósito; en la parte del colegio, nuestro “Pirulí” particular para televisar en todos los horarios los deportes de las olimpiadas.
Por el “Rabo de la Sartén”, se comenzaban a edificar, lo que iban a ser los hoteles donde se hospedarían los atletas de los países participantes, la prensa etc.
Algunas empresas fuertes del sector de ventas comenzaban a dirigirse a nuestros políticos, para poder patrocinar la única candidatura española a esta organización. El primero fue la marca de bebidas refrescantes, y le siguieron muchas más, incluso equipos de Fórmula uno y pilotos de primera en la parrilla, o dibujos animados en televisión.
Algunas empresas de telefonía, e incluso alguna empresa que retiraba su publicidad de la Puerta del Sol y la exportaba a nuestra plaza.
Fue tal el boom mediático, que el gobierno nacional decidió trasladar algunos organismos oficiales del estado, como el Congreso de los Diputados, o algún monumento histórico para dar imagen a nuestra localidad.
Almodóvar, incluso decidió organizar una película sobre nuestro pueblo que, con tan sólo 3400 habitantes, se aventuraba a organizar un evento de tal magnitud.
Logotipos y “merchandaising” comenzaron a circular por nuestro país, desde gorras a chapas, loza etc.… he incluso productos de nuestra tierra se inventaron para su exportación, como fue el Licor de Coquillos o Dux en lata.
Todo era muy bonito, pero llegó un meteorito, y lo “jodió to”, esto es lo que quedó de la Tierra.
Y “colorín colorao” esta guasa se ha “acabao”.
Se lo dedicamos a esa gran imaginación de Foto Max, que de vez en cuando nos deleita con algún foto-montaje como los que habéis visto en este loco artículo que escribe un “zumbao”.
De vez en cuando a la vida hay que darle una nota de humor ,la verdad es que arranca sonrisas, gracias, por ello y sobre todo por el trabajo de realizar el montaje tanto fotográfico como el escrito