Antonio Alviz: «Torrejoncillo, cuando quiere, cuenta con todo»

Antonio Alviz Serrano es profesor jubilado y un amante de la historia, muy particularmente de la de su pueblo. Hace escasamente dos meses ha sido nombrado por el pleno del ayuntamiento de Torrejoncillo cronista oficial de la localidad, sustituyendo a José María. A lo largo de su carrera ha realizado numerosas conferencias sobre momentos puntuales del pasado torrejoncillano, llegando a publicar el libro «En Torrejoncillo con Jenaro Ramos»  donde narra la vida y el contexto social y cultural del protagonista. A partir de ahora comenzará a publicar su propia sección histórica, aquí en TTN, los miércoles cada dos semanas bajo el título «Desde el torreoncillo».

TTN: ¿Qué es un cronista oficial y qué cometidos tiene?
Antonio Alviz Serrano: Es un cargo honorífico, vitalicio y sin retribución alguna otorgado por la Corporación Municipal, en este caso de forma unánime, a la persona que el Ayuntamiento considera que se ha distinguido por sus investigaciones, estudios o publicaciones relacionados con el lugar para el que se nombra. No suelen estar fijadas sus funciones, salvo en grandes poblaciones muy concretas, y, debido a su carácter no remunerado, no comporta obligación alguna. Esa es la teoría. La realidad es que quien acepta este nombramiento se compromete a indagar, recopilar y dar a conocer la historia de ese pueblo a través de las múltiples facetas de sus tierras y sus gentes bien porque se considere preparado para ello o se sienta atraído por esa misión. Es sólo en ese plano de atracción o de afición donde me incluyo, y, en cuanto al compromiso, lo tengo asumido hace tiempo.

TTN: ¿Te llena de “orgullo y satisfacción” el cargo?
A.A.S.: Sinceramente, no. Agradezco la distinción que han tenido conmigo, máxime cuando yo ni he buscado ni he pedido nada. Lo considero más bien como un premio, que quizás merezca, aunque suene a presunción, por mi entusiasmo y por la constancia en conocer y dar a conocer temas locales. De verdad que sólo por eso, porque el esfuerzo no lo valoro. Simplemente lo hago porque me gusta y bien se dice que “sarna con gusto no pica”.

TTN: ¿Cuáles van a ser tus líneas de actuación?
A.A.S.: En mi caso se trata simplemente de continuar. Es decir, seguir reuniendo información y difundiendo todo lo que, a través del conocimiento propio o del de los demás, me llegue sobre nuestra historia, costumbres o forma de ser. Procuraré ahora además incentivar a quien se sienta interesado en conocer nuestro pasado y buscaré la colaboración de personas, mejor preparadas que yo, que sé que están trabajando sobre él, a ver si entre todos conseguimos sacar a la luz un buen compendio de los aconteceres pretéritos de nuestro pueblo, de esa historia que, siempre se dijo, no existía. Sería extraordinario la aparición de una colección de publicaciones periódicas sobre historia local, pero eso no depende de mí porque ya he indicado las características de este cargo. No tiene nada de ejecutivo. Lo propondré y lo apoyaré. Los tiempos no son favorables, pero…

TTN: ¿Cuenta Torrejoncillo con personas que les guste zambullirse en su historia?
A.A.S: Torrejoncillo, cuando quiere, cuenta con todo. Y por supuesto con esas personas. Más de las que se cree. Hay jóvenes historiadores, y algún veterano, que creo que han iniciado trabajos sobre momentos determinados, parajes o personajes, que nos afectan. También los hay con gran experiencia realizando una gran labor. Tengo por fuerza que citar a Javier Caballero, con quien, en ocasiones, cuando viene a mi bodega, solemos “cambiar cromos”. Él está centrado en épocas anteriores a las que yo me muevo, pero colaboramos y cogemos todo lo que nos sale al paso y nos lo contamos. “Ave que vuela, a la cazuela”, dice un refrán no muy ecologista.

TTN: ¿Qué tres momentos claves señalarías que han marcado el devenir de nuestra localidad?
A.A.S.: Haría coincidir esos momentos con los tres siglos que nos han precedido. El siglo XVIII por el enorme desarrollo de la industria pañera, que llegó a tener empleadas a unas 2400 personas. Luego el siglo XIX cuando Torrejoncillo supo salir en escasamente veinticinco o treinta años de la ruina en que quedó tras el saqueo, incendio y destrucción causados por las tropas francesas, y, sólo a base de un trabajo ímprobo en todos los sectores, se colocó de nuevo a la cabeza de la provincia, Y, desgraciadamente, el siglo XX, desde que la falta de cooperativismo, la comodidad y el sedentarismo, el recurso del recuerdo al pasado y la mirada continua en el ombligo propio generaron la circunstancia actual.

TTN: Has publicado un libro sobre la vida de Jenaro Ramos, médico y escritor ¿Hay algún otro personaje torrejoncillano que te haya marcado tanto como él?
A.A.S.: No sé si D. Jenaro me marcó porque desde un principio me identifiqué con él o fueron las numerosas horas a su lado las que acabaron marcándome. Efectivamente es un personaje que va, creo, con mi forma de ser. Siento también mucha admiración por la tenacidad y la fidelidad de Fernández Ballesteros a unos ideales, y por el ingenio e ironía de Francisco Corcho.

TTV: Vas a estrenar una sección en TTN ¿Qué van a poder ver los lectores en ella?
A.A.S.: Te has empeñado y así lo haré. Espero que sea del agrado de los lectores, a quienes pido de antemano benevolencia. Uno no lee lo que puede, sino lo que quiere. Sé que voy a tener dificultades, más en la forma que en el fondo, porque deberé adaptarme a un determinado espacio para no resultar pesado y habrá temas que sé que exigirán una continuación. No será un rígido manual histórico, más bien ráfagas, escenas sueltas sin sujeción a un orden cronológico. Luego, el que esté interesado, que las ordene a su forma, si es que le placen.

TTN: ¿Cuánto tiempo le dedica Antonio Alviz a la investigación?
A.A.S.: Llevo ya muchos años, desde aquella Primera Semana Cultural de 1980, embutido en estos menesteres, aunque ha habido largos lapsus en algunas ocasiones. Con la jubilación hay una mayor continuidad y es raro el día que, cumplidas las obligaciones del paseo impuesto por la autoridad cardiológica y de las otras aficiones campesinas, no le dedique cuatro o cinco horas a este afán de rebuscar, repasar, recopilar, copiar y ordenar datos sobre nuestro devenir histórico

TTN: El “de dónde venimos” y “quiénes somos” ¿marcará el “a dónde vamos” como pueblo?
A.A.S.: Sí que sabemos “de dónde venimos” pero, a veces, no queremos saberlo. Esa función de la historia de hacer conocer el pasado para no repetir sus errores no funciona muchas veces, más de las debidas, a causa del fanatismo y la terquedad. “Quiénes somos” no lo sabemos ni nosotros mismos. Sabemos que en nosotros hay tres personas: el que creemos ser, el que nos creen los demás y el que en realidad somos. La frase es de Unamuno, no mía. He ahí la duda. Y en cuanto a lo de “¿a dónde vamos?” suelto a Unamuno y cojo a Machado. Decía D. Antonio que “está el ayer abierto al mañana y el mañana al infinito”. Y añadía que “ni el pasado ha muerto ni está el mañana en el ayer escrito”. Al menos seguimos caminando. Hasta dónde y hasta cuándo ¿qué sé yo?