Reality Shows
1984, una obra maestra de George Orwell, en la que se inspiró el fenómeno del Gran Hermano. Si el autor británico de principios del siglo XX hubiera podido ver la enorme repercusión de su obra, creo que habría quedado estupefacto.
1984 es la historia del Gran Hermano o Hermano Mayor que vigila la vida y los movimientos de los personajes del libro. Se trata de un control total al pensamiento y modo de vida de las personas; que no pueden escapar de ello.
Basándose en ese ojo que todo lo ve, se creó el concurso “Gran Hermano”, que en un principio sí podía resultar un experimento interesante de cómo se comportan y conviven completos desconocidos, encerrados en un lugar durante varios meses. A partir de este programa empezaron a surgir toda una serie de reality shows, unos con más seguimiento y otros con menos, que se basaban en cualquier tipo de idea: Granjero busca esposa; ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, Operación Triunfo; La Voz o Hermano Mayor, entre otros. En este tipo de concursos, que toman como base la idea del libro de George Orwell, en cierto modo se trata de controlar la vida y el modo de comportarse de las personas. Se incluye a gente muy dispar, con características muy diversas, para que den juego y ayuden a subir las audiencias. Hay mucho morbo en este tipo de programas, en los que cuanto más extravagante y rara sea la gente, mejor. No importa si se destroza una familia, ni si se humilla a una persona. La idea es que en casa se diviertan. Muchas veces los concursantes no se dan cuenta de que se vuelven monos de feria y se llegan a degradar. De hecho, la vida de esas personas tras su paso por el concurso puede convertirse en un verdadero infierno.
¿Qué ha cambiado en la televisión? Parece que no interesan los documentales, ni tampoco los programas culturales. No hay deseo de aprender a través de los medios, sino más bien de entretenernos y pasar el rato. De olvidarnos de la crisis y de los problemas que tengamos. Estamos, pues, ante una nueva era televisiva.
Silvia Mateos Bellot