¿Fútbol a cualquier precio?

Vivimos un presente en el que parece que nos estamos acostumbrando a escuchar con toda naturalidad recortes de todo tipo en los diferentes ámbitos que afectan a nuestras vidas. Recortes en educación, sanidad, en derechos sociales…y dependiendo el caso, nos sentimos más o menos indignados si nos toca de cerca o no. Escuchamos recortes y ajustes presupuestarios en unos sitios, pero me parece curioso cómo de otros se olvidan o se pasan por alto, cuando deberían ser revisados con mucho más detenimiento que los antes mencionados, háblese de materias de defensa, asuntos sobre la religión…y otros entre los cuales se encuentra el que me llama más la atención: la deuda de los clubes de fútbol profesional.

Hace unos días leí en un diario nacional que los clubes de fútbol mantienen una deuda con la Agencia Tributaria de 752 millones de euros y señores, yo soy aficionado al fútbol (de los que no le va la vida en ello) y por mucho que intento comprender por qué se les permite, no llego a ninguna conclusión que me guste.

Todos sabemos que a cualquier mediana o pequeña empresa en estos momentos de crisis no se les pasa ni una (hablando mal y pronto) y que se están poniendo muy severos en los temas tributarios. Están buscando en el cajón más recóndito para cobrarles hasta el último céntimo de euro, pero en cambio a los clubes de fútbol se les permite deber ese dineral e incluso se les da varios añitos más para poder saldar su deuda.

La conclusión a la que llego, después de analizar todo esto, no tiene tanto que ver con lo económico como podría parecer, sino con lo social. Llego a creer que el fútbol se ha convertido en un opio generalizado del pueblo y que los políticos lo tienen que mantener tal cual, bien por cobardía o bien por su propio interés. A los ciudadanos de a pie nos mantienen muy entretenidos y nos preocupamos menos por lo de verdad trascendente.

Siento que si se tomaran medidas como cerrar clubes, suspender un año la liga, las medidas que sean, me da igual, se armaría un revuelo de tales dimensiones que seríamos capaces, en algunos casos, de salir a las calles en forma de protesta…y a nuestros dirigentes, eso no les gusta.

Hace unos días leía en un blog de ciencia que se habían recortado 753 millones de euros en dicha materia, pero no parece tener tanta importancia. Curiosamente la cantidad en ambos casos es muy similar y podríamos plantearnos la paradoja o ilusión, de que el fútbol podría salvar la ciencia pero…

Espero estar realmente confundido en mis deducciones, que sean fruto de sensaciones equívocas y que estamos en un país en el que nos tomamos muy en serio estos temas. Que tenemos claro que el fútbol debe ser sin más un entretenimiento o afición pero no a cualquier precio, que tenemos unos políticos valientes  que harán lo correcto y justo y que realmente somos un «país de ciencia», al que le indigna mucho que le quiten o recorten lo verdaderamente importante.

Darío Núñez