
Malos tiempos para la lírica
No sé si para la lírica, que de música entiendo poco, pero para el atletismo y para el deporte español en general, el mazazo ha sido de órdago. Que hay mierda en el deporte profesional, lo sabemos todos, porque todo lo que toca el poderoso caballero Don Dinero con su barita mágica, lo corroe, como a la pieza de fruta junto a la manzana podrida, pero lo de Marta Domínguez a mí me ha tocado en el alma. Cuando llegaba un gran campeonato y el presidente de la federación española de atletismo, José María Ordriozola, se aventuraba a predecir las medallas que España podía conseguir, (el mismo que dice ahora que no sabe nada de nada), yo tenía claro una cosa, «no sé cuantas lograremos, pero la de Marta es segura», porque es, o era, pura casta, ésta no daba su brazo a torcer ni con keniatas, ni con rusas, ni con quien se le pusiera por delante, para mí, es el mayor referente atlético español que he conocido, la que nunca falla.
Y ahora salta con estas, como dice mi madre, porque no nos equivoquemos, el daño ya está hecho, será inocente o no, pero la mancha ya la tiene y es imborrable, por mucho que quieran taparla, este «mérito» le queda en el currículum.
Daño que nos afecta a todos los que pregonamos y creemos en la filosofía del esfuerzo y el trabajo continuo como medio para conseguir los méritos pretendidos, los que abogamos porque las cosas no llegan caídas del cielo como norma, sino que hay que luchar para conseguirlas, y a veces, incluso así, nos encontraremos con múltiples dificultades por el camino. Me refiero a educadores, a formadores, a monitores, a padres…, éstos necesitan, deben tener un referente para mostrar a los jóvenes que aquello que le inculcan no es algo etéreo, sino real, personas de carne y hueso que a base de tesón consiguieron llegar a las metas más altas. Y a partir de ahí, cada cual se pondrá las suyas, lógicamente todos no llegarán a ser campeones del mundo de F1 o ingenieros de la NASA.
Pero por desgracia, con los últimos hechos acontecidos, se nos desmonta el chiringuito de un plumazo, da igual lo que digan los tribunales, la opinión pública ya ha dictado sentencia y Marta, Contador, etc… a criterio de muchos, ya son culpables. Que por cierto, otra cuestión a analizar sería el papel que juegan los medios en todo esto, pero sería otro debate.
Y si triste es lo anterior, paradójico y lamentable resulta la relación del deporte con las drogas. Otro de los grandes objetivos de la práctica deportiva es apartar a los jóvenes de este mundo, mientras están practicándolo, no se encuentran en otros ambientes más oscuros, pero si resulta que para destacar en ellos comenzamos a dar por hecho que son necesarias algún tipo de sustancias dopantes (drogas en definitiva), al final nos encontramos con la pescadilla que se muerde la cola, la única diferencia es, que el mundo de las drogas para los deportista es un campo más exclusivo, donde los camellos son los médicos que se las suministran.
No quiero decir con esto que todos los deportistas de alto nivel hagan trampas, pero aquellos que las hacen por ambición, por egoísmo, por popularidad o por dinero no son conscientes de los perjuicios que provocan en su deporte, a su país y por extensión a toda la sociedad.
José Pedro Martín Lorenzo