MI TIERRA
A finales del siglo XVIII, Extremadura estaba formada por una sola provincia, con una extensión de 37.001 Km2. Sus límites no coincidían con los actuales de Cáceres y Badajoz. La división territorial y jurisdiccional se organizaba en ocho partidos: Plasencia, Trujillo, Alcántara, Cáceres, Badajoz, Llerena, Mérida y La Serena. Durante todo este siglo Extremadura fue un territorio aislado debido a: su situación geográfica, su mala comunicación y porque era un territorio desconocido para el resto del País. Las villas y ciudades extremeñas se distinguieron por la ausencia de iniciativas económicas, su bajo nivel cultural, la escasez de ferias y mercados y los conflictos entre agricultores y ganaderos mesteños. El crecimiento demográfico de Extremadura en el siglo XVIII se explica por la ausencia de mortalidad catastrófica y por las buenas cosechas. La población pasó de poco más de 200.000 habitantes a principios de siglo a algo más de 400.000 a finales del mismo. A pesar de que la región tuvo un fuerte crecimiento demográfico durante este siglo, su densidad de población estaba situada en el penúltimo lugar en el conjunto de España. Sin embargo no todas las zonas estaban tan despobladas. Las rutas comerciales y las principales vías de comunicación hicieron que la distribución de la población fuese desigual. De esta forma nos encontramos con una densidad baja en Las Hurdes y en las poblaciones de la Sierra de Gata,...
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