Crónica de una tarde de Poesía

“Poesía para el pobre, poesía necesaria

como el pan de cada día...(Gabriel Celaya)

Fotografía U:P:T

El pasado 21 de Marzo se celebró el “Día Mundial de la Poesía” y la Universidad Popular de Torrejoncillo se hizo eco de este evento, invitando a todos aquellos que necesitan  de una buena ración  de versos en su dieta diaria, a participar leyendo algún poema propio o ajeno. También hubo, por supuesto, quien prefirió escuchar y llenarse de  emociones. De cualquier manera, el «reloj de luna» de los poetas, que decía Gómez de la Serna, dejó que su maquinaria funcionara a la perfección durante aquellas dos horas largas de poesía.

Alrededor de treinta  personas, ya sabemos que esto de la poesía es minoritario, nos dimos cita en la Biblioteca Pública Municipal a las 18.30 de la tarde, cargados de poemas para compartir con los demás y, entre ellos,  claveles fragantes que cada uno nos llevamos de recuerdo .

El acto fue abierto por el Gerente de la Universidad Popular de Torrejoncillo, Constantino Cabello Calvo, que expuso los beneficios de la Poesía, y la importancia de al menos un día al año, convertirla en protagonista exclusiva.

En la voz de los allí presentes estuvieron poetas que el tiempo y la importancia de su obra ha convertido, justamente, en clásicos como : Miguel de Cervantes y Lope de Vega; otros, que sin ser clásicos, nunca pasan de moda, como Gustavo Adolfo Bécquer, que seguirá por siempre siendo uno de los mejores poetas románticos, cuyos versos volvieron a recordarnos  que poesía somos nosotros mismos. ¡Y qué decir de Pablo Neruda, de la fuerza  de sus palabras , de su poesía desde el hombre y para el hombre!, y de la poesía comprometida de Luis García Montero, imprescindible en nuestros días.  También se hizo presente el recuerdo de otros, a los que les llegó la hora de emprender el viaje definitivo: Félix Grande y Leopoldo María Panero, a los que se rindió homenaje en el transcurso de la tarde.

 Y hubo mucha poesía para niños, porque los infantes son el futuro de la misma y porque un niño no está bien alimentado si no le damos cada día a beber, sorbito a sorbito, un buen vaso de  versos. Sobre la mesa, entre otros,  estuvieron muy presentes Mª Elena Walsh, la poetisa y cantautora argentina que nos dejó un buen puñado de  poemas con los que hemos crecido los de mi generación, cantándolos una y mil veces , porque la poesía también ha de ser cantada  y Carmen Gil , esa maestra gaditana que escribe para hacerte   sonreir e incluso, reir a carcajadas, con el objetivo  de hacerte  amar la poesía para los restos.

Y por supuesto, hubo mucha poesía cercana, porque algunos de nuestros paisanos( Antonio, Julián, Cheli, Florentino, Leandra, Roberto…) nos leyeron hermosos poemas de su puño y letra, demostrando que tienen alma de poetas.

Quizá sea deformación profesional y que siento debilidad por los niños. Ellos ponen gotitas de frescura y emoción en todo cuanto hacen, y puedo asegurar que ver sus caritas emocionadas al leer los versos que sus mamás les habían preparado, fue el mejor poema que se escribió y se leyó aquella tarde de viernes.

En los rostros de Celia, Rocío, Emma, Carla, Vania, Hugo y Anita, se reflejaba que aquello que iban a hacer era algo muy importante y esperaron pacientemente su turno, para delitarnos con sus voces dulces que tan bien encajan con los versos. A los más pequeñitos, Hugo y Anita, les costó arrancarse, pero cuando encontraron la fuerza necesaria para vencer la vergüenza, esa que le hacía a Anita taparse la cara  o a Hugo mirar hacia otro lado, nos recitaron unos poemas que pusieron un particular temblor en el alma, el broche de oro para una tarde de viernes repleta de poesía.

Mª José Vergel Vega