
«Miles de albañiles en casa» por J. R. Alonso de la Torre
En pueblos extremeños como Torrejoncillo, Valverde de Leganés, Arroyo de la Luz, Calamonte o Malpartida de Plasencia, se está produciendo una situación social difícil que tiene muy preocupados a sus alcaldes. Durante los pasados tiempos de bonanza económica, cientos de trabajadores de estas localidades trabajaban en la construcción en Madrid. Se iban los domingos por la tarde a la capital de España y regresaban el viernes al mediodía. Al llegar a casa, se reencontraban con sus familias. La madre le exponía la lista de travesuras o suspensos de los hijos, el padre reñía o amenazaba con algún castigo y después disfrutaba del fin de semana: la caza, la pesca, salir con la mujer, divertirse con los muchachos. Así una semana y otra, con mucho trabajo y esfuerzo, pero con pocos problemas económicos y una convivencia familiar algo ficticia pues no se vivían los problemas día a día. La crisis ha llevado al paro a cientos de albañiles de los pueblos extremeños. Llevan un año o más sin viajar a Madrid de domingo a viernes, se está acabando el paro y están redescubriendo a su mujer y a sus hijos. Esto provoca situaciones nuevas, no necesariamente críticas, pero en algunos casos sí que son problemáticas. Me contaba un alcalde de una de estas poblaciones con 25% de paro y 900 albañiles en casa, que los desempleados le trasladan su desazón laboral y sus discusiones familiares. Sin dinero que invertir ni puestos de trabajo que ofertar, los alcaldes se han convertido en consejeros matrimoniales, en psicólogos para todo.