
Faroles, que dan luz al mundo…
Es curioso, que en estos tiempos tan convulsos, sea difícil encontrar humanos, que le arda el sol entre las manos, y lo que es más difícil, que hayan sabido repartirlo. Porque desgraciadamente, los más de los humanos pasan por la tierra apagados, sin tener nada que dar ni que decir, con sus almas como candiles sin luz. A veces necesitamos de esos santos, de esos genios, de los grandes amantes de las pequeñas cosas, de los que se alimentan de ilusiones y luchan por ellas, éstas si que son de las personas que el sol les arde en las manos. Éstas, son el tipo de personas que cuando se acercan a nosotros, dejan un maravilloso rayo de luz que ilumina por mucho tiempo nuestra vida, porque son personas despiertas, con el alma llena, con la luz como bandera de su historia. Son esas personas que han sabido repartir el sol que quema sus manos.
Con esto amigos, quiero decir que no es que haya personas que al nacer, en el mismo momento del alumbramiento, nazcan con la luz encima de sus cabecitas, sólo tiene luz el que ha ido recogiéndola, cultivándola .La luz, la belleza, están en el mundo, pero hay que ir sabiendo recogerlas. Y hay que empezar por tener las manos abiertas y no como los egoístas, cerradas, empuñadas. El alma sólo brilla después de muchos años de esfuerzo de recogida. ¡Pero qué milagro morirse con el alma encendida!
Si quieres leer el artículo completo de nuestro paisano Félix Gandin, en su colaboración en la revista Imprescindibles, pincha en este enlace:
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