Mi Sonrisa en Venta
Nuevo articulo de nuestro paisano Félix Gandín en la revista digital Imprescindibles:
Es que acaso hoy, en los tiempo en los que vivimos, ¿también hemos puesto precio a nuestra sonrisa?, o es que acaso, ¿ya ni la sonrisa nos parece interesante, para al menos cultivar nuestra alegría?.
Queridos lectores, la sonrisa es a mi parecer, la cima de todas las expresiones humanas, y quizás, hoy lo que más me duele, es que hasta la sonrisa pueda pudrirse. Pero ahora no merece la pena ponerse hablar de la podredumbre. Nuestra sonrisa, hoy más que nunca, no puede ser ofrecida a cambio de algo. Permitidme citar un fragmento de Martín Grothan, que creo que es necesario tener en cuenta: “todo lo que se hace con risa, nos ayuda a ser humanos”. La risa desde luego es una de tantas comunicaciones humanas, que en esencia, es exclusiva del hombre. La risa nos da libertad, y el ser libre, puede reír. Porque el que entiende lo cómico, comienza a entender a la humanidad y su lucha por la felicidad y la libertad. Decía Ignacio Larrañaga en su excelente libro, Del Sufrimiento a la Paz: “ ten siempre en cuenta, que la existencia es una fiesta, y el vivir, un privilegio. Hay una planta que debes cuidar diariamente con especial cuidado y mimo: la sonrisa. Cuando esta planta inunde tu casa con su fragancia, todos tus hermanos, y hasta los peces del rió, saltaran de alegría.”
Y es que la sonrisa y la alegría, tienen el poder de recordarnos de mi, tu, nuestra existencia. Pero sigo en mis treces, ¿por qué los hombres hoy, nos reímos tan poco?. Lo peor del asunto es que los sociólogos, dicen que la risa es un don de creciente escasez. Desde luego, parece que el mundo aumenta en seriedad y se eleva al cubo en aburrimiento. Nuestra sonrisa, desde luego, no puede estar en venta. Aún, no hemos comprendido que es la más barata de las ayudas, y desgraciadamente es la que mas tacañeamos. Se que la gente que ama mucho, sonríe fácilmente. Porque la sonrisa es, ante todo, una gran fidelidad interior a sí mismos. Un amargado jamás sabrá sonreír. Menos un orgulloso. La sonrisa, es algo que viene de serie, pero sin duda también, es un arte, que hay que practicar de manera constante, y desde luego, lo más difícil, conservar, poniendo un sello en nuestros labios, que implique descaradamente, que no tienen fecha de caducidad, y que esta disponible 24 horas. Pero claro está, no haciendo muecas ante un espejo, o únicamente dedicando sonrisas a los conocidos, familiares, o personas que sabemos que corresponderán con otra sonrisa, porque el fruto de ese tipo de ensayos, es la máscara y no la sonrisa, y desde luego estamos cayendo inevitablemente a ponerle un precio caro, a nuestra sonrisa. Cada vez estoy más convencido de que la sonrisa es, sin duda, el signo visible de que nuestra alma, esta abierta. Por eso queridos, si nos empeñamos en poner en venta nuestra sonrisa, convertiremos nuestra alma en autopistas de peaje, donde circular, está al alcance de muy pocos, o al menos del que paga…..
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