La Crisis llegó a Belén
Que la crisis económica es mundial y corroe a todos los países, lo prueba el hecho de que ha llegado a Roma y a Judea. Es por ello que el Papa de Roma ha lanzado un ERE a la empresa El portal de Belén, mediante el cual, se prescinde de dos de los personajes milenarios: la mula y el buey. Joseph Ratzinger ─convertido en Benedicto XVI─ en su nuevo libro: La infancia de Jesús afirma que en el evangelio, en ese pasaje, no se habla de animales. Resulta que después de tantos años poniendo los nacimientos, pues que hay que eliminar a la mula y al buey. Quién lo ideara lo haría pensando que un niño desnudo en un portal en el mes de diciembre se iba a arrecir y, a falta de calefacción, ni lumbre siquiera, pensaría que esos animales con sus corpachones y su aliento, le darían calor al recién nacido.
Los fabricantes de belenes habrán puesto el grito en el cielo por tener que eliminar dos figuras y encima, en tiempo de crisis; claro que menos pinta el caganet y aparece en casi todos los nacimientos. Y no contento con eso, el Papa de Roma afirma que los Reyes Magos no vinieron de Oriente, sino, posiblemente, de Tartessos que, como saben, estaba en Andalucía, vamos que va a resultar que los magos eran de estas tierras.
Y los escolares que habían memorizado lo que siempre les contaron, de generación en generación, tienen que desmontar sus conocimientos y admitir lo nuevo. Claro que las mentes infantiles son permeables y no tendrán dificultad para adquirir nuevos aprendizajes. Más difícil era que los mayores cambiaran la peseta por el euro, conocieran el significado de las preferentes y las subordinadas, aprendieran a navegar por internet, a felicitar las pascuas por e-mail, y registrarse en Facebook y en Twitter para conectarse con el Papa.(Aunque las malas lenguas dicen que se lo escribe un monaguillo).
La gente cree a pie juntillas lo que le han contado desde siempre y ahora resulta que lo que se daba casi como un dogma, nos lo quitan. Así van a conseguir que el personal no crea en nada.
Y para los que conjeturaban que el mundo se acabaría el día 21 de diciembre, según el calendario maya, pasó esa fecha sin pena ni gloria. Ahora dicen que quiere decir que no es el final, sino el inicio de una nueva era, con nuevos valores: ¿será el final de la crisis?
Rosa López Casero