
ADOLFO MUELAS
Adolfo Muelas Santos, nació en Torrejoncillo, y se licenció en Medicina y Cirugía por la Universidad de Salamanca, especializándose posteriormente en Traumatología y Ortopedia. Su trayectoria profesional le llevó a Madrid; fugazmente a Denia (Alicante); y finalmente a Gandía (Valencia), casi 46 años de su vida, donde fue médico de familia, traumatólogo, jefe de sanidad, y médico titular. Asimismo, ha sido médico internacional de medicina deportiva, y médico de la A.D.P. Falleció en Gandía, el día 24 de marzo del presente año, noticia de la que se hizo eco ampliamente en el periódico “LAS PROVINCIAS”, y otros más; del que era colaborador habitual, y en el que publicaba artículos. Sus cenizas, fueron trasladadas desde Gandía a Torrejoncillo tiempo después, y en la más estricta intimidad, para familiares y amigos.
Además de en Gandía, era muy conocido en la comarca de “La Safor”, de la que es capital dicha población, por su prestigio, no solo como traumatólogo, sino también en el área de medicina deportiva.
Como ilustre Torrejoncillano, fue pregonero de “La Encamisá” en 1979 (ver el pregón), pero sin duda alguna, lo que podemos destacar en cuanto a su naturaleza cultural, y su relevancia social, es que fue nombrado Caballero de Yuste, en 1993.
En 1989 publicó un libro, “Vivencias Compartidas”, que era una recopilación de los artículos que escribía en el periódico “Las Provincias”, del que adjuntamos un pequeño extracto:
«El paso por esta puñetera vida es casi siempre como una ráfaga. Hay como un ansia de llegar no sabemos muy bien a dónde, pero esta especie de desasosiego nos hace parecer que el tiempo va muy despacio.
Y esto es falso. El tiempo huye, «tempus fugit», aforismo latino de un idioma antecesor del valenciano, del catalán y del castellano, para que luego digan.
De pronto, como en un susto, sorpresa o taimada y cruel broma, nos encontramos al final del camino, en el remate de esta andadura y sin vender una escoba.
En todo este espacio de tiempo y de agonismo, de ganas de llegar, de ganas de terminar todo, nos queda muy poco, pero no hay más remedio que hacer balance. Hay un debe y un haber, ¿o no? (…)
Tenemos en nuestro haber algo que tiene mucho peso específico. La familia, los amigos, la cultura, la grandeza de espíritu y la alegría de vivir…».