
"LOS ALBAÑILES EXTREMEÑOS Y LA CRISIS"
«La crisis de la construcción ocupa las páginas de los periódicos españoles. Aparecen promotores que se arruinan, inmobiliarias que cierran, urbanizaciones mastodónticas donde solo viven siete familias. ¿Pero y los albañiles extremeños, qué pasa con los albañiles extremeños? Cada viernes, después del mediodía, la Autovía de Madrid se llena de furgonetas que regresan a Extremadura ocupadas por ferrallas de Calamonte, Montehermoso, Torrejoncillo o Valverde de Leganés. Son los mejores encofradores del país, preparados en la ‘formación profesional’ de los pantanos. En muchos pueblos de Extremadura, la construcción es la principal salida laboral, quizás la única. El padre emigra durante la semana a Madrid o cada día a una ciudad extremeña y trabaja mucho, pero gana un sueldo digno. ¿Qué pasa con ellos, les está afectando ya la crisis? No tengo datos estadísticos, pero sí los testimonios cercanos de sus hijos. La otra mañana charlé con un grupo de 15 adolescentes de Arroyo de la Luz, un pueblo donde hasta el alcalde, Santos Jorna, es hijo de un peón de albañil. Los padres de 12 trabajaban en la construcción. Ninguno de ellos estaba en paro todavía, pero dos se quejaban de que casi no tenían nada que hacer. Uno era gruista. Hace nada eran 14 manejando grúas en su empresa. Quedan dos. Seis padres trabajaban en Madrid y no temían quedarse en paro. Otro hacía carreteras y tampoco peligraba su puesto. Lo que trabajan en la región, haciendo casas o en canteras, no las tienen todas consigo. Sus hijos lo notan en que se meten en la cocina con sus madres, cierran la puerta y hablan de su incierto futuro porque saben que ellos sí sufrirán la crisis.»