LA PLAGA DE LANGOSTA DE 1900
En Torrejoncillo comenzamos el siglo XX con una plaga que causó unos daños de mucha consideración, ya que los terrenos afectados fueron muchos:
Arroyomolinos: En este paraje, se vieron afectados los siguientes cuartos de labor, propiedad de Don Laureano García Camisón.
_ Cuarto del Carrascal: 58 Hectáreas dedicadas a pasto y labor.
_ Cuarto de la Era: 53 Hectáreas dedicadas a pasto y labor.
_ Cuarto de los Majadales: 45 Hectáreas dedicadas también a pasto y labor.
Cebollosa: Del mismo dueño que los cuartos de Arroyomolinos, la langosta se ensañó con el Cuarto de las Cebollas, 101 Hectáreas dedicadas a pasto y labor.
Malaguero: Perteneciente también a Don Laureano García Camisón. En este paraje fueron afectados el Cuarto de los Tomillares con 69 Hectáreas y el de los Majadales con 63 Hectáreas, dedicadas todas ellas a pasto y labor.
Dehesa Boyal: Perteneciente al gremio de labradores. Se vio afectada por la plaga de langosta el denominado “Camino de San Pedro” en un total de 41 Hectáreas dedicadas a pastos. También sufrieron la misma suerte las 57 Hectáreas de pastos de la Barrera del Pozo y Valle Muerto, pertenecientes también al gremio de labradores.
Hinojosa: Se vieron afectadas 97 Hectáreas de labor y pastos en las “Lomadas de la Casa”, “Cerro Torviscoso” y “Majadal de la Engarilla”, cuyos dueños eran Don Vicente Llanos Corcho y Socios.
Valvellido: En total unas 40 Hectáreas dedicadas a pasto y labor en “Cerro de las Fantasmas”, “Cerro de San Mateo” y “Laguna del Rocío”, cuyo propietario era Don Eladio Marcos Calleja. Fueron también afectadas las 64 Hectáreas dedicadas a pasto y labor del “Cuarto de las Higueritas de María Señor” de Don Ciriaco Santos Corcho, y también el “Cuarto del Pozo Cristino” con 96 Has. de pasto y labor.
En resumen, que se vieron afectadas y en muchos casos, destruidas por la langosta, un total de 784 Has.
La plaga iba tomando cada vez más fuerza. Se gastaban bidones y bidones de gasolina sin demasiado éxito; por ello, en Sesión Ordinaria de 26 de Abril de 1901, Don Pablo Sánchez Moreno, Alcalde por entonces de Torrejoncillo, manifestó ante la Corporación:
“…que la plaga de langosta se va desarrollando de una manera alarmante en este término, y gastadas que han sido las cajas de gasolina que han sido concedidas a esta Junta, no queda otro remedio para combatirla que el recogido de ella por medio de sábanas o buitrones, y siendo mucho el pedido que de éstas se hace por los labradores interesados, considera de necesidad que el Ayuntamiento confeccione el número que de aquellas crea necesario y facilitárselas a dichos labradores para que las utilicen al fin expresado”.
En Sesión Ordinaria de 17 de Mayo de 1901, la cuenta que los labradores presentan la Ayuntamiento por la recogida de ¡¡2529 arrobas y 20 libras de langosta!!, asciende a 1918,34 pesetas, a parte de las que se debían en el comercio de Don José Vidal Bueso Moreno por :
“… 400 varas de lienzo Retor de 32 pulgadas a precio de 50 céntimos de peseta la vara, cuyo importe de 200 pesetas no le habían sido satisfechas por falta de fondos, pues lo recaudado del repartimiento del 2% para los gastos de extinción se había aplicado al pago de langosta recogida, con déficit, pues lo recaudado no ha sido bastante para el pago de esta…»
El problema de Don Pablo, lo heredó Don Ciriaco Santos Corcho, quien sufría el problema en sus propias carnes, pues muchas de sus propiedades estaban también infectadas. En Sesión Ordinaria de 8 de Marzo de 1902, se habla de haber recogido nada menos que ¡ 1000 Kilos de germen de langosta!, habiéndose pagado el kilo a 25 céntimos. El Ayuntamiento se ve desbordado para pagar toda la langosta recogida, por lo que muchos braceros se ven en la obligación de almacenarlo en sus casas, pero amenazando con el levantamiento si el Ayuntamiento no se lo pagaba. Para tener la fiesta en paz, la Corporación optó por pagar toda la langosta y cargar su importe al Capítulo de Imprevistos.
Era mucha la langosta recogida, pero mucha quedaba aún por recoger. El Ayuntamiento de Casas de Millán, mandó 25 cajas de gasolina que le habían sobrado, pues en su término municipal ya se había extinguido la plaga en su totalidad. En Torrejoncillo no se extinguió definitivamente hasta 1907, aunque aún no las tenían todas consigo, pues el 15 de Marzo de dicho año llegó una orden del Gobierno Civil, mandando que se revisaran todos los terrenos afectados por el germen de langosta, por si hubiera rebrotado. Al parecer, la langosta había sido totalmente erradicada, claro que también la filoxera se había encargado de erradicar todas las viñas del término, por si nuestro males eran pocos. Y es que dicen, que “Al perro flaco, todo se le vuelven pulgas”.
