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JUSTA CASERO

Desde el año 1988, todos los partos de madres torrejoncillanas se atienden en el hospital más cercano, el de Coria, lo que origina un hecho singular. Al no nacer en Torrejoncillo, ya no hay torrejoncillanos de nacimiento. Con anterioridad al hospital de Coria, se tenía también como referencia el de Cáceres, el San Pedro de Alcántara.

Pero todas las etapas precedentes a la modernización y prestación del servicio hospitalario de forma general, eran atendidas por las comadronas.

Doña Justa, como cariñosamente se la conocía en la localidad, era la comadrona de Torrejoncillo. Llegó a nuestro pueblo soltera a comienzos de los años cuarenta. Se casó con un torrejoncillano, Claudio Lòpez y aquí estuvo ejerciendo hasta bien pasados los 70 años. Se quedó viuda a los ocho años de casada y tuvo que sacar adelante, sola, a sus tres hijas.

Acudía allí donde se le llamaba y ayudaba a la parturientas a dar a luz a sus hijos. A veces, se juntaban tres y cuatro mujeres de parto a la vez. Sobre todo, cuando iba a haber “luna” como ella decía.

Fueron varias décadas asistiendo a las madres de Torrejoncillo, y seguramente con muchas anécdotas. A mí, me sorprendió algo que me comentaron hace tiempo (no recuerdo quién): a Doña Justa le decías el nombre de una persona de la localidad que ella hubiera traído al mundo, y ella te contestaba la fecha completa (día, mes y año), e incluso el día de la semana en que nació esa persona, además del peso que tuvo al nacer. En tan larga trayectoria de más de cuarenta años ejerciendo, imaginad que serían muchísimas las que pasaron por sus expertas manos.

Tenía una memoria prodigiosa, tanto, que fue capaz de estudiar el bachiller y la carrera de matrona en tan solo tres años, examinándose libre de varios cursos cada año y trabajando para poder pagarse sus estudios.

En los años cincuenta, el Ayuntamiento le pagaba 3000 pesetas al año por atender a todos los empleados, incluidos funcionarios, alcalde, concejales y municipales.

Doña Justa era una mujer generosa: cuando alguna parturienta no tenía ni sábanas, le llevaba algunas suyas, así mismo ropa para vestir a la criatura; si alguna mujer iba desde la sierra de Gata o de Coria hasta Cáceres para dar a luz y se le adelantaba el parto, tenían que parar en busca de la comadrona. Doña Justa le ofrecía su casa desinteresadamente y allí, en su cama, la mujer daba a luz.

Doña Justa nació en Plasenzuela (Cáceres), el 7 de octubre de 1909 y murió el 2 de febrero de 2002, con casi 94 años.

Esta extraordinaria mujer, adelantada a su tiempo, merece nuestro reconocimiento y admiración. Por ello, el Excmo. Ayuntamiento de Torrejoncillo, le dedico una calle de nuestra localidad.


MALM



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