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AGRICULTURA 3: LA TRILLA

LA TRILLA

Terminado el acarreo se realizaba la trilla. Para llegar a esta labor primero había que hacer la parva, ésta consistía en extender los haces con los que se había hecho la hacina; se solía hacer con 300 haces más o menos, y siempre que se podía al lado de ésta. Se tendían en el suelo formando como una tortilla grande, con la hoz se cortaban los vencejos (que ya expliqué en el capítulo anterior lo que eran) ya que estorbaban al trillo, una vez hecha la parva se metían las bestias para que la pisotearan y así deshacer los haces. Una vez hecho esto se enganchaba el trillo.
¿Qué es el trillo? Es una madera normalmente de aliso, curva por la parte de delante para que no arrastraran las mieses, éstos los traían de Segovia, por debajo llevaban unas chinas incrustadas de pedernal, este mineral es muy duro, y las chinas estaban afiladas, de tal forma que al pasar por encima de la paja la iba cortando.
El trillo iba tirado por animales: caballos, mulos, vacas o burros, y controlado por un hombre que iba montado encima del trillo. En ocasiones servía de diversión para los chicos que estaban por allí, montándose encima y dando unas vueltas. Cuando ya se habían dado unas cuantas vueltas en la parva había que cantearla, esto se hacía con una horca de palo con tres dientes. Esta labor se realizaba a partir de media mañana, cuando se desenganchaban los animales para que comieran, sobre las dos de la tarde se hacía la segunda “canteá”. En las horas de calor era cuando más rendimiento se sacaba ya que era cuando más secas estaban las mieses. Se comía en la misma era. La parva se adelantaba mucho cuanto más calor hiciese por eso no se podía parar al mediodía, esta operación duraba unos tres días.

Ya estaba la parva molida y había que amontonarla, esto se hacía con tracción animal, con un palo enganchado en forma de traílla, se echaba la parva para un lado ya que había que dejar sitio para una nueva. Una vez que teníamos el montón había que separar el grano de la paja, para esto había que aprovechar el aire natural, como éste venía cuando se le antojaba había que interrumpir lo que se estuviese haciendo para aprovecharlo, si se estaba trillando y venía el aire se dejaba de trillar y a limpiar.
Con el “liendro” se tiraban las mieses trilladas hacía arriba, la paja se la llevaba el aire y el grano por el peso se quedaba atrás; el montón de una parva, si el aire te acompañaba podía durar de diez a doce horas. El grano que quedaba se llamaba rostro o muelo, éste se pasaba por una criba, de esta manera se separaban los cagajones de los animales, los vencejos, etc. El rostro que quedaba se baleaba, operación que consistía en barrerlo con una escoba que se llamaba baleaera.

Ya el grano limpio se envasaba en los costales de lona para llevarlo a casa y vaciarlos en las trojes a granel, estos almacenes estaban en todas las casas de los agricultores.
Terminada la faena de recoger el grano se pasaba a encerrar la paja, ésta era muy importante para el pienso del ganado; el pajar solía estar encima de la cuadra donde pernoctaban los animales ya que todas la noches había que preparar el pienso a partir de cebada, salvado, avena, etc. y siempre envuelto en paja.
Estas faenas terminaban en septiembre, una vez recogido el grano era cuando se celebraban las bodas, las fiestas de los toros, las ferias, etc., en fin, era un alto en el camino pues ya nos estaba esperando el terreno que habíamos preparado el año anterior: el barbecho. Había que preparar la sementera, ésta para el próximo capítulo.

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