El littering: llenando el campo de basura

Hay algo de lo que los que pasamos mucho tiempo por el campo nos damos cuenta, y es de qué poco respetuosos somos con él los humanos. Si uno se para a mirar detenidamente, puede sorprenderse de lo poco que nos cuesta ir dejando restos de nuestro paso en forma de residuos. Entre jaras, retamas, encinas y alcornoques no es difícil encontrar latas de conservas, refrescos, cervezas, bolsas de plástico, envoltorios varios, restos de neumáticos y gomas de riego, etc. Y esto mismo ocurre en las aguas de ríos, lagos, embalses y océanos. La basura se acumula en nuestros espacios naturales y es algo en lo que hasta el momento no se ha reparado lo suficiente.

A este abandono de residuos en el medio natural se le ha venido a denominar con el término inglés littering (esto es, arrojar basura) y se trata, en la actualidad, de unos de los problemas más importantes a los que se enfrentan los diferentes ecosistemas. Una vez abandonados, estos residuos generan multitud de problemas en los espacios naturales, que van desde la contaminación de los suelos y/o las aguas, hasta la afección a la supervivencia de los diferentes seres vivos y del correcto funcionamiento de los ecosistemas. Y como todo está interconectado, todo ello acaba afectando al ser humano.

Por ejemplificar la magnitud del fenómeno con números, valga la situación de los ambientes marinos. Cada año llegan a nuestros mares y océanos la nada desdeñable cifra de 10 millones de toneladas de basura, en su mayoría plásticos que tras su degradación se incorporan a la cadena trófica en forma de microplásticos que son ingeridos por peces y aves marinas. Así, se estima que entre el 50-80 % de las tortugas marinas que son encontradas muertas habían ingerido deshechos plásticos. Y lo mismo  ocurre con distintas especies de peces, que confunden estos microplásticos con alimento y acaban por sufrir problemas de desnutrición.

También hay ejemplos dramáticos de la peligrosidad del littering en ambientes terrestres, que van desde el aumento de posibilidad de incendios por la presencia de materiales como vidrios, que pueden hacer efecto lupa e iniciar focos en condiciones de elevada temperatura, hasta la muerte por asfixia o atrapamiento de animales salvajes. No es raro observar aves como cigüeñas, gaviotas, milanos y otras oportunistas, intentar alimentarse entre deshechos, no siendo poco común encontrar individuos con trazas de plásticos enredadas en sus picos, patas, o incluso ingiriendo gomas al ser confundidas con alimento. Es también habitual que usen para la construcción y adorno de sus nidos materiales como plásticos, cuerdas, gomas, que en ocasiones pueden llegar a causar heridas e incluso la muerte de sus inquilinos.

Por todo ello, hace unos meses la asociación conservacionista SEO BIrdLife puso en marcha un proyecto colaborativo al que denominaron “Libera: 1m² por los prados, montes y bosques”. Cientos de voluntarios se echaron al campo con el fin de liberar de basura las zonas naturales de su entorno, poniendo así su granito de arena por un campo más limpio, saludable y sostenible. Este proyecto también ha tenido eco en nuestra región, donde un total de 320 voluntarios participaron liberando de basura 19 espacios naturales de especial valor ecológico.

Hace unos días, paseando por los alrededores de nuestro pueblo me vino a la mente este proyecto. Es imposible pasear sin encontrar esparcidos por los alrededores de nuestras carreteras, caminos, charcas, arroyos y nuestro pantano latas, cajetillas de tabaco, botellines de cerveza, bolsas de plástico, latas de pintura, etc., y es realmente triste. Más allá de valorar lo cívicos o incívicos que somos o no somos: ¿no estaría bien llevar una acción de este tipo o similar en nuestro término municipal? Desde aquí lanzo esta propuesta para, entre todos, hacer un poco más habitable y aún más bonito nuestro entorno.

Julián Cabello Vergel