
Envejecer Activamente

El tema con el que me estreno en esta columna local daría para escribir varias tesis, pero soy consciente de que no tenemos tiempo ni espacio para tanto. Sí me gustaría que tras estas breves líneas al menos en nuestro entorno más cercano empecemos a hablar de estos conceptos: actividad, intergeneracionalidad, independencia y promoción de la salud.
Vivimos en una región cada vez más envejecida y cada vez menos rural. El envejecimiento de nuestra población es un hecho que evidencian datos como el 40% de habitantes concentrados en únicamente siete núcleos urbanos de más de 20.000 habitantes, y el 20% de población que supera los 65 años.
Desde mi punto de vista debemos entender el envejecimiento como oportunidad, como la consecuencia de los avances médicos, las mejoras en la alimentación, educación y estilo de vida, unido a un incremento fundamental de la educación. Y dentro de este punto de vista positivo cabe el concepto de ENVEJECIMIENTO ACTIVO. La OMS lo define como “el proceso por el que se optimizan las oportunidades de salud, participación y seguridad, a fin de mejorar la vida de las personas a medida que envejecen”.
Pero ¿están nuestros gobiernos preparados para enfrentarse al envejecimiento de la población desde el optimismo y como oportunidad? Sinceramente, pienso que no; tenemos la respuesta en la sociedad que nos rodea, la más cercana, en nuestro pueblo, en los pueblos vecinos, en Extremadura en general, y yendo más allá, en nuestro país.
El envejecimiento activo se basa en la generación de políticas en cuatro pilares: la salud, la participación, la seguridad y el aprendizaje a lo largo de la vida. En los últimos años, a los anteriores se suma la intergeneracionalidad, entendida como el encuentro de mayores con jóvenes de forma continuada en distintos programas y proyectos. Y es en este punto, donde observamos que las políticas no deben ir únicamente encaminadas a la población mayor. Se trata de llegar a una edad avanzada en las mejores condiciones, se trata de aprender a ser mayores, de respetar a aquellos que más experiencia acumulan, entenderlos y compartir sus aficiones sin que nos suponga un lastre.
Por hoy, y a modo de introducción creo que dejamos abierta una temática que recuperaré en próximas columna, donde os traeré a este espacio algunos programas y proyectos de envejecimiento activo y saludable que ya están funcionando en otras geografías. ¡Feliz lunes!
Tomás Moreno Sánchez