Ofrenda de Flores a María Inmaculada

Este año la Ofrenda de Flores a María Imaculada, uno de los actos centrales dentro del programa de fiestas de La Encamisá, tuvo lugar la mañana del sábado 6 de diciembre. En un día en el que la climatología acompañó, un poco después de las doce y media de la mañana echó a andar la procesión desde la Plaza Mayor camino de La Plaza de La Encamisá, lugar donde se hace la primera y última parada antes de llegar a la iglesia.

La oferente de este año, Anita Lázaro Cérro, acompada de su marido dejaron un ramo en el Monumento a La Encamisá en la plaza que lleva su nombre, mientras todas las personas, en su inmensa mayoría mujeres ataviadas con el traje típico y acompañada de algunos hombres con su capa de paño rodeaban a la oferente y toda la comitiva.

Siguió la procesión por el recorrido tradicional con cierto orden, que aunque no se consigue al cien por cien, es de justicia reconocer el trabajo que esta directiva de Paladines ha realizado para que en los últimos años se consiga el colorido que un evento como este merece, con los niños y niñas en primer lugar, los mayores detrás y al final los padres y madres de los más pequeños con los carros.

Una vez todas las personas vestidas con el traje torrejoncillano entraron en la iglesia, la protagonista de la mañana Anita Lázaro alzó la voz en boca de la mujer torrejoncillana ofreciéndole a la Virgen sus deseos e inquietudes, así como agradeciéndole todos las bondades que nos rodean.

No se olvidó de todos las personas que ahora lo están pasando mal, los que ya no se encuentran entre nosotros y en especial de su padre, a pesar de lo cual lo sentía cerca. También quiso agradecer todo aquello que realmente es importante en nuestras vidas, concretamente se sentía tremendamente ofortunada por poder disfrutar cada día de su familia más cercana. Un discurso en el que «tocó todos los palos» sin hacerse pesado para el oyente.