El Ministro accidentado

Esta vez no cayó el soberano,
esta vez le tocó a Gallardón,
y este hombre de aspecto tan sano
ahora tiene en la frente un chichón.

Visionar semejante caída
puede herir la sensibilidad,
son imágenes comprometidas,
no se olvidan con facilidad.

Son imágenes muy impactantes,
muy difíciles de digerir,
las ha visto Karmele Marchante
y la pobre no ha vuelto a dormir.

Yo no quiero mostrar grabaciones
para hablar del tropiezo en cuestión;
bastarán los siguientes renglones
y una pizca de imaginación.

Cara a cara frente a la escalera
afrontaba sin miedo el descenso,
no pensó de ninguna manera
acabar por el suelo indefenso.

Gallardón rara vez aterriza,
Gallardón rara vez tiene un fallo,
no acostumbra a bajar muy deprisa
y esta vez descendió como un rayo.

Esta vez iba a toda pastilla,
fue bajando con poca cautela,
tiene rotas un par de costillas
¡pobrecillo,normal que le duela!

De impotencia se puso a llorar,
se sentía bastante ridículo,
¡Vaya leche se tuvo que dar!
¡Si hasta tiene afectado un testículo!

El dolor que ha sentido el herido
se ha escuchado en diversos lugares,
se ha filtrado que sus alaridos
se escucharon hasta en Baleares.

Aseguran en un reportaje
que doméstico fue el accidente.
«Menos mal que no ha sido salvaje.»
murmuraba el ministro entre dientes.

Este hombre que solo quería
pasear a sus perros lo justo
ha pasado por la enfermería
¡Vaya golpe,menudo disgusto!

Al entrar por la puerta el ministro
dolorido y bastante maltrecho
la doctora le hizo un registro
como nadie jamás le había hecho.

Es posible que sufra algún corte
o se caiga de nuevo de bruces,
pues el centro con tanto recorte
no acostumbra a encender muchas luces.

¡No había vendas,no había esparadrapo!
Menos mal que de forma sutil
la enfermera lo puso muy guapo
al vendarlo con un desafil.

Ha pasado la noche completa
en urgencias inmovilizado,
ni siquiera le han dado receta
se les tiene que haber olvidado.

Luego pudo acudir al Senado
sonriente y con muy buen semblante,
por lo visto se había tomado
varias dosis de tranquilizantes.

Hay caídas de muchas maneras,
por ejemplo desde un precipicio,
un tropiezo lo tiene cualquiera,
lo del Rey es más bien puro vicio.

¡Qué bien cae Don Juan Carlos Primero!
¡Vaya técnica tiene Su Alteza!
Cuando quiere bajar de un tercero
pega un salto y se cae de cabeza.

¡Vaya crack!Como el Rey no hay ninguno,
nadie duda de que Su Excelencia
es un as,todo un número uno
y un ejemplo de supervivencia.

Y aunque el Rey pueda ser lo que sea
les diré una verdad como un puño;
se ha tirado desde una azotea
sin hacerse ni un solo rasguño.

Como muestra de su valentía
no echa mano ni de botiquín
aunque esté la piscina vacía
cuando salta desde un trampolín.

Cuando cae ni siquiera se altera
y el dolor es que apenas lo siente,
el ministro lo admira de veras
y lo tiene como un referente.

Yo también he sufrido caídas
pero exentas de repercusión,
mis tropiezos,piteras o heridas
no aparecen por televisión.

He leído en las redes sociales
comentarios sobre esta noticia,
unos quieren que acaben sus males
y otros piensan que se hizo justicia.

Por mi parte yo solo he tratado
de poner una nota de humor
e informarles que el accidentado
ya se encuentra bastante mejor.

Por supuesto al hablar de caídas
no me olvido de mi amigo Carlos,
que un día antes de su despedida
se cayó pero pudo contarlo.

Aunque larga se le hace la espera
va muy bien su rehabilitación,
le deseo de forma sincera
una pronta recuperación.

Lo de Alberto quedó en poca cosa
y ahora mismo se encuentra de cine,
y entre risas le cuenta a su esposa
los milagros que hace el betadine.

Y su esposa le dice con guasa,
con cariño y con mucha ternura
que si saca a los perros de casa
lleve puesta una buena armadura.

ROBERTO MARTÍN MORENO
DICIEMBRE 2013