¡Que ya han sonao clarines y timbales!
La cosa promete. Y vaya si está prometiendo. Qué ganas de toros, lectores toreros. ¡Qué ambiente! ¡Qué jolgorio! Por esos reencuentros que se dan cita en estos días veraniegos en los que Torrejoncillo se pone patas arriba y tira la casa por la ventana (y no sólo es el Ayuntamiento…). Para patas las que estamos viendo y veremos con los toros que recorrerán nuestras calles. Y para patadas las que darán muchos. Y tanto, señores.
Comenzamos describiendo el asunto. Es que no son fiestas sin la constancia de Constante en los micros. Repetimos, sin la constancia de Constante. Qué bien se le da, que no pierde oportunidad en anunciar y anunciar, eso sí, que el asunto quede bien anunciao. Y las chicas guapas con sus mantillas y sombreros cordobeses que estamos viendo estas tardes en el tablao. Escotadas y escoltadas van ellas, pendientes de cada flash que salta. ¡Qué bonitas quedan con su postureo!
Otro personaje, nuestro querido Cano (que no Canete) que nos refresca cada año con su helados, heladitos y heladones, porque los tiene de todos los sabores. O al grande de Pedro Emilio Serrano que qué bien se le da liquidar toro a toro, tarde a tarde, noche a noche. .. Una confesión más. Disfruto mucho, señores, cuando os veo a “tos” ir a los toros, con el señor Lorenzo pegando fuerte. Eso sí vamos bien apañaditos, con el abanico por si hay bochorno, y por la noche, cargados con una rebequina por si la fresca.
Y por ser fiestas, me voy a poner pidona. Igual como la pequeña reina Leonor que le solicita a su abuelo Don Juan Carlos que le corten la cabeza a su compañero de pupitre, o que una niña de su edad le haga los deberes de verano. Yo hoy propongo, a quien corresponda acoger esta idea, que se escoja cada año un Pregonero para las Fiestas de Agosto, que esto no nos cuesta dinerito y anima al personal.
Como siempre, un placer. Nos vemos estos días por la plaza, Torrejoncillo Televisión y otras citas. ¡Seamos toreros y vivamos con torería!
Gloria Gil Talavero