¡Yo también quiero hacer un curso en el SEXPE!, si es remunerado, claro
A pesar de que aún no doy el perfil de abuelo cebolleta, uno se obliga a convenir una visión con perspectiva en el tiempo para, en muchas ocasiones, poner en verdadero valor el inmenso avance que se ha producido en esta sociedad en cuanto a la igualdad de oportunidades.
Unas veces por las historias escuchadas y otras, por tener constancia de ello, queda claro que antaño el acceso a los estudios superiores recaía mayoritariamente en la “gente con posibles”, que diría un castizo, sin discriminar necesariamente en cuanto a la capacidad mayor o menor de éstos.
Los años de Democracia han traído, además de derechos, que ya veremos si somos capaces de conservar, igualdad de oportunidades que han aflorado, y de qué manera, pues ahora no resulta tan extraño ver como el hijo/a del currito de turno se ha convertido en un afamado médico, o en un perspicaz abogado, o incluso en un brillante ingeniero. Parece ser, por tanto, que la cuestión no pasaba por las capacidades de los sujetos, sino por el repugnante ideario clasista y cavernario que relacionaba el capital con la inteligencia, y que probablemente provocó la pérdida de más de un/a brillante alumno/a. Sin embargo, y ante la creencia de que no existe la sociedad perfecta, han surgido en ésta otras actitudes no menos deplorables.
Todos, o al menos yo, pensamos que la posibilidad de formarse adecuadamente repercutirá, tarde o temprano, en el devenir de nuestro itinerario profesional. Para ello, la Administración, desarrolla desde 1985 programas formativos de diversa índole que ofrecen un abanico de posibilidades, casi a la carta, para poner de manifiesto este lema de “igualdad de oportunidades”.
Por un lado tenemos la formación dirigida prioritariamente a trabajadores desempleados, el antiguo Plan FIP, formación gratuita que en muchos casos lleva aparejada la consecución de certificados de profesionalidad. Por otro, aparecen los programas de Escuelas Taller, Casas de Oficio y Talleres de Empleo; los dos primeros dirigidos a chicos/as entre 16 y 25 años, con una duración de los programas de 24 y 12 meses respectivamente, organizándose en una primera etapa de 6 meses, donde se participa en calidad de becarios, con una asignación de 9 euros por alumno y día en concepto de asistencia, para completar la formación con una segunda etapa donde se alterna la práctica profesional con la realización de un trabajo real por el que perciben un salario con el equivalente al 75% del Salario Mínimo Interprofesional. Los Talleres de Empleo se destinan a personas desempleadas con 25 años o más, donde se establecen unos contratos de 12 meses de duración, bajo la modalidad de contratos para la formación y donde se percibe en concepto de salario el equivalente al Salario Mínimo Interprofesional (antes 1,5 veces el S.M.I).
A primera vista, y si no entrara en juego el factor contaminante de la picaresca de este país, podría catalogarse este sistema de formación ocupacional digno de cualquiera de los países nórdicos, ¡tan avanzados siempre!, ¿verdad?
Pero no, nosotros no, que nuestra prioridad pase por utilizar las bondades del Sistema para saber más, ser más cultos, estar mejor preparados, etc., es una utopía en la mayoría de los casos. Lo que nos interesa de verdad es simplemente la remuneración que lleva aparejada, y para ello se utilizan artimañas tales como no proporcionar todos los datos relativos a nuestra formación al SEXPE, produciéndose en algunos casos que el sujeto/a tenga más formación que la que vaya a obtener con el susodicho Programa, o llevar a cabo una formación que sabemos que nunca pondremos en práctica, o simplemente nos dé igual el tipo de formación que se imparta, lo importante es que sea remunerada.
La estadística referente a la inserción en el mercado laboral, como consecuencia de la formación adquirida en este tipo de Programas, y no vamos a medirla ahora con motivo de la dichosa crisis, la dejaremos para otro rato. Nosotros, a lo nuestro…
Óscar Laso Grande
Menos habar en los bares y más a protestar cuando hacen las cosas mal.
Que seguro el NO… ha sido uno de ellos y ahora es muy facil meterse con el trabajo de los demás. (Hagan lo que hagan).
Se ve que la gente no ve o no quiere ver que Oscar tiene toda la razón de los curso que se imparten en el Sexpe. Y si no mirar para atras los curso que se han hecho en torrejoncillo, por ejemplo del de Pintor a quienes cogierón? a 15 mujeres, de esas 15 quien se ha dedicado a pintar, solo se han dedicado a cobrar y no hacer las cosas del curso que deverian haber hecho.
Por que tenian que pintar el Ayuntamiento entero y claro arriba nadie quería subir, miento suberón 2 mujeres y el profesor, donde están las restantes mujeres?
Muy bien chepe , es una pena que por culpa de personajillos si estropee esta seccion , porque ya se esta metiendo en el tema personal de este chico
un saludo
No sé si sabemos para qué fin se han creado los comentarios de un artículo, pero éstos aparecen al final del mismo para crear un debate sobre lo que en él se expone, no sobre la vida personal del que escribe. TTN no cuestiona si el autor o la autora del artículo es del Madrid o del Barça, si es de Popeye u Olivia… se expone un tema y sobre él debe recaer el debate y no, como muchas veces, para acabar hablando de lo MISMO…
Cuesta mucho montar una sección como La Columna, lo hemos intentado más de dos veces y está claro que por el número de visitas, está funcionando, tanto por parte de los autores, como por parte de los lectores, que participan activamente, si lo vamos a convertir en artículos amarillistas de la vida personal de cada cual, la sección no merece la pena, con esa idea no se creó.
Se cree el ladrón que son todos de su condición… Pues mira, educación tengo mas que tú, me lo has demostrado, y a los lectores de TTN también.
Gracias sindicalista arrimado.
Muy bien oscar una cosa es opinar y la otra meterse en temas personales
A ver «Lector de TTN», voy a contestar a esto y acabo con los comentarios y probablemente con los artículos. El que yo haya contestado así estaría fuera de lugar ante un comentario que hubiese hecho alusión a lo que he escrito en el artículo, pero si echas un vistazo antes de ponerte en plan «juez del supremo» verás que este individuo hace alusión a no se qué de mi trabajo y si salgo con pancartas o no. Para que quede claro, yo salgo con lo que me da la gana, cuando y como quiero, pero eso es de índole personal. ¿Qué es eso de que ya sabes a lo que te expones escribiendo públicamente?, y si no en vez de vetar las palabras malsonantes (que mira que os habéis puesto tiquismiquis), vetad los comentarios gratuitos que no vienen a cuento.
un saludo
Muy mal Oscar, esa manera de contestar por alusiones emborrona tu artículo completamente. Ni en el fondo ni en las formas, si no estas de acuerdo, o no contestas, o contestas sin faltar. Ya sabes a lo que te expones escribiendo un artículo publicamente y desde luego no has estado a la altura con ese comentario.
Yo trabajo hoy aquí y mañana donde sea, porque yo lo valgo, donde no me vas a ver es al lado de los curas ni de los fachas como tú
Diles a todos donde trabajas… Ahora irás agarrado a las pancartas ¿no?
Excelente exposición Oscar, estoy contigo!! y para qué les sirve a muchos esta formación? para nada, para volver a no hacer nada, a no poner en práctica los conocimientos adquiridos, que se supone que ha adquirido mejor dicho, y vover al continuo letargo al que está acostumbrado hasta que llegue otro curso y «le metan» por el arte del enchufismo