La noche mágica
La Fiesta de la Encamisá de Torrejoncillo, cuyos orígines nadie ha podido determinar hasta ahora, es una de las Fiestas más importantes, emotivas y espectaculares de España. Declarada de Interés Turístico Regional y Nacional, tiene lugar la noche del 7 al 8 de Diciembre.
Desde las 9 de la noche, los jinetes “encamisaos”, con sus caballos y cubiertos con sabanas blancas adornadas, se van congregando en casa del mayordomo, que les hará entrega de los faroles que habrán de portar durante toda la procesión. Los escopeteros salen también de sus casas despidiéndose con salvas. Todos acuden a la plaza Mayor, donde se acercara el momento culminante, las 10 de la noche.
Cuando espectacularmente irrumpen en la plaza cerca de 300 jinetes con sus caballos, aclamados por millares de Torrejoncillanos y visitantes de todos los lugares, las escopetas y los cohetes de artificio hacen enmudecer los vítores y la canción de esta fiesta que entonan por grupos, hasta que por fin, el viejo reloj de la iglesia da las diez campanadas. Se abre la puerta y sale escoltado por un grupo de hombres el estandarte celeste de la Virgen Inmaculada. Tanta emoción es indescriptible. Las campanas, los disparos, los vivas, etc. quedan atónitos al publico.
El estandarte llega flotando a manos del mayordomo, lo alza y lo ofrece para que sea vitoreado y aclamado, e inicia el recorrido pausado por un trazado sinuoso, de gran tipismo, que prácticamente da la vuelta al pueblo.
Por fin regresa a la plaza, y el mayordomo entrega el estandarte, que a duras penas entra en la iglesia hasta el año siguiente. Después la mayordomía lo festeja invitando a todos a vino y coquillos –dulce típico torrejoncillano- en un ambiente de alegría desbordante.
Texto extraído de la contraportada del programa de las fiestas.
