LA DIFICULTAD PARA SALVAR ALCÁNTARA RETRASARÁ EL TRASVASE DE PORTAJE HASTA 2001

Cáceres seguirá padeciendo las penurias de su anticuado e insuficiente sistema de abastecimiento de agua al menos hasta marzo del año 2011. La solución a ese problema que tantos quebraderos de cabeza ha originado a los responsables municipales durante los últimos años se decidió hace tiempo: un trasvase desde la presa de Portaje, entre Torrejoncillo y Coria, a 65 kilómetros de la capital. Y esa obra no va todo lo bien que se podía esperar.

Ayer hubo ratificación oficial, de mano de la propia CHT (Confederación Hidrográfica del Tajo). Su director técnico, Justo Mora, se reunió en uno de los salones del Ayuntamiento con la comisión de desarrollo local. El encuentro comenzó pasado el mediodía, duró unos 45 minutos y sirvió para que los concejales le plantearan sus dudas en torno al proyecto. De hecho, la presencia de Mora en Cáceres ha sido la respuesta de la CHT a la carta que hace ocho días le remitió la alcaldesa, preocupada por la falta de información sobre el presente y el futuro de uno de las actuaciones más importantes para el desarrollo de la capital.
Y entre lo que el director técnico de la Confederación le contó a los responsables municipales está la confirmación de que el proyecto tendrá que ser reformado. El motivo -que ya adelantó HOY el pasado 7 de julio- es un choque de infraestructuras: puentes contra tuberías.

A lo largo de los 65 kilómetros que recorrerá el líquido elemento en su viaje entre Portaje y Cáceres, uno de los puentes más conflictivos desde el punto de vista técnico es el embalse de Alcántara (el cuarto más grande de Europa, tras el portugués de Alqueva, el griego de Kremasta y el pacense de La Serena). El plan inicial ofrecía como solución acoplar esas grandes tuberías -de acero electrosoldado y un diámetro de entre 1 y 1,2 metros- a los puentes de la carretera nacional 630. Pero para que eso pudiera realizarse había que preguntarle antes al titular de la vía, o sea, el Ministerio de Fomento. Y este ha dicho que no. Ha denegado el permiso aduciendo que se trata de infraestructuras con un años a sus espaldas, que fueron concebidas para un uso determinado y que además, tienen sus propios planes de rehabilitación. Ante este inconveniente, la siguiente alternativa eran los viaductos de la autovía A-66. Y sobre esta opción, la respuesta por parte del Ministerio ha sido igualmente negativa, en este caso «por motivos estéticos», según declaró ayer Justo Mora a la salida de la reunión en el Ayuntamiento.

En este punto, hay que recordar que uno de esos dos viaductos de la A-66 que salvan el embalse de Alcántara es el que los propios técnicos que trabajaron en su instalación bautizaron como ‘el puente tuneado’. Se trata de una infraestructura pionera en Europa por su sistema de montaje, en el que se invirtieron doce millones de euros, y que generó un inesperado problema de orden técnico que acabó retrasando la apertura del tramo. Con vientos de en torno a treinta kilómetros por hora, el arco que sustenta las dos plataformas (una por carril) oscilaba de manera ostensible y preocupante, y la solución fue soldar deflectores (placas metálicas) a lo largo de todo el arco, de ahí lo del ‘tuneado’.

Construir un acueducto

Descartada la opción de los puentes, la CHT baraja ahora dos opciones para salvar los ríos Tajo y Almonte: hacerlo por debajo (o sea, con las tuberías bajo el agua) o por arriba (mediante un acueducto). «Lo más factible es vadear», adelantó ayer Justo Mora, que también reconoció que esa variación en el proyecto significará un aumento del presupuesto. ¿De cuánto? «Ahora mismo no se sabe, porque se está redactando el modificado de proyecto», explica Miguel López, concejal de Infraestructuras, que precisa que esa subida «la asumirá en un primer momento la Confederación».
En este punto es importante el matiz del edil al referirse a «un primer momento», ya que finalmente, también el Ayuntamiento deberá acabará pagando, vía recibos del agua, una parte de la construcción, ya que las obras hidráulicas, por ley, las sufraga en parte quien se beneficia de ellas. El PP y otros colectivos contrarios al trasvase ya han advertido que la subida será cuantiosa. Además, la oposición alegó hace tres años, entre los motivos para justificar su negativa a este proyecto, las dificultades para atravesar Alcántara.

Retrasos al margen, Miguel López se mostró ayer satisfecho de las explicaciones dadas por el director técnico de la CHT. «Lo importante -declaró el concejal- es que en un año y medio aproximadamente estará solucionado el problema de abastecimiento de agua que nos mantiene alerta durante gran parte del año». «La continuidad de la obra está garantizada -añadió el edil-, y además, este imprevisto no supondrá la paralización de los trabajos».

Esas tareas arrancaron en diciembre del año 2008, con un retraso de catorce meses sobre lo previsto inicialmente. La obra fue adjudicada en mayo de 2007 a la UTE (Unión Temporal de Empresas) formada por Sando y Befesa, con un plazo de ejecución de 18 meses. Ese verano, cerca del embalse del Guadiloba se colocó en cartel que anunciaba el inicio de los trabajos en septiembre de ese mismo año 2007. En diciembre se celebró el acto protocolario de colocación de la primera tubería, que se quedó en eso, protocolo, porque las máquinas no aparecieron por la zona hasta un año después, diciembre de 2008. Ese primer retraso se debió a imprevistos en el proceso de expropiaciones. Ahora, con el problema surgido para salvar Alcántara, los encargados de hacer realidad el nuevo abastecimiento de agua a la capital se han replanteado los plazos, y si no hay nuevas sorpresas, el trasvase empezará a funcionar en marzo del año 2011. Entonces, se supone que los responsables del abastecimiento de agua a la ciudad dejarán por fin de mirar al cielo deseando que llueva.

Fuente: Diario HOY
ANTONIO J. ARMERO