JOSÉ LUIS MARTÍN, MÉDICO TORREJONCILLANO, RECLAMA SOLUCIONES A LOS PROBLEMAS DE LOS MIR EN EXTREMADURA

Los lectores del diario regional extremeño HOY, puederon ver en la noticia de portada del pasado domingo a nuetro paisano y colaborador de blog, José Luis Martín Rodrigo. Este torrejoncillano, es médico de familia, está a punto de terminar los cuatro años de residencia (MIR) y además ostenta el cargo de vocal de médicos en formación y postgrado del Consejo de Colegios Profesionales de Médicos de Badajoz.

A continuación les ofrecemos este artículo, que versa interesante, ante un problema en la sanidad pública extremeña y frente al cual está luchando nuestro paisano.

Las especialidades que antes se agotaron en la última convocatoria fueron Neurocirugía, Maxilofacial, Cardiología, Cirugía Ortopédica y Oftalmología.

«Faltan vocaciones», avisó ya hace tiempo un responsable sanitario extremeño en un foro médico. Los licenciados en Medicina ya no sienten la llamada de convertirse en médicos de familia, sino que sólo quieren ser neurólogos, cirujanos ortopédicos, cardiólogos y oftalmólogos.

En Extremadura han quedado este año nueve vacantes MIR de Familia de las 69 ofertadas en la comunidad: nadie en España, ni siquiera los que ya no tenían posibilidad de elegir por su baja puntuación, quiso las cuatro que quedaron libres en Navalmoral de la Mata; ni las tres de Plasencia; ni siquiera una en Mérida; ni otra en Cáceres.

Eso significa que una decena de recién licenciados tomaron el pasado miércoles por la tarde la difícil decisión de volver a encerrarse otro año para prepararse las pruebas de acceso a la formación especializada en vez de optar a las plazas que aún quedaban disponibles. Algo «inaudito» para los representantes de los colegiados extremeños, ya que los médicos españoles no pueden ejercer sin hacer antes el MIR.

Las vacantes de Extremadura constituyen una quinta parte de todas las plazas de Medicina Familiar que han quedado sin cubrir en el conjunto del país, 51 en total, a pesar de que la región apenas representa el 2% de la población total. «Extremadura vuelve a dar la nota», denuncia el presidente del Colegio Médico de Badajoz, Pedro Hidalgo.

Al séptimo día

Además, resultó llamativo el hecho de que, cuando empezó el proceso de adjudicación de plazas, hubo que esperar siete días para que se produjera la primera elección de una plaza MIR de Medicina de Familia en Extremadura.

Fue Benedicta de la Villa-Fernández, con el número 4.036, la primera médica que se decidió por Familia en un centro extremeño, concretamente en Don Benito.

En los siguientes días se vivió un lento goteo de ocupación de plazas de otras especialidades. El día antes que terminara el proceso de adjudicación quedaban aún medio centenar de plazas de Familia por cubrir.

Al final, la mitad de las vacantes disponibles se cubrieron a lo largo de la última jornada, el día 22, y con números que superaban el 8.000.

«Ha llegado el momento de la reflexión», reconoce José María Vergeles, director general de Gestión del Conocimiento y Calidad Sanitaria, consciente de que profesionales y responsables sanitarios extremeños han empezado a echarse las manos a la cabeza, y pronto empezarán a hacer lo mismo con los trastos.
La reflexión

«La próxima semana vamos a enviar una carta al Consejo Nacional de Recursos Humanos en la que Extremadura propondrá al resto de comunidades una reflexión profunda en la que deben participar representantes de la Universidad y de Educación, de la Comisión
Nacional de la Especialidad, así como profesionales y científicos. Si no, nos quedaremos atrás algunos de los elementos necesarios, y estaríamos haciendo un flaco favor al Sistema Nacional de Salud», asegura Vergeles.

En su opinión, el problema es de índole nacional, no se debe a un único factor, y se relaciona con la discordancia existente entre el número de plazas ofrecidas (7.000) con el número de recién licenciados, que ronda los 4.000.

Otro de los factores que influyen es el «desconocimiento de la especialidad», añade José Luis Martín, vocal de Formación del Colegio de Médicos, y él mismo médico residente de Familia.

A los recién licenciados en Medicina no les atrae mucho la idea de «sentarse en una consulta con 45 pacientes fuera esperando, con cinco minutos de tiempo para cada uno de ellos, rellenar recetas y bajas y altas laborales», que es la imagen preconcebida que tienen muchos estudiantes de Medicina de los médicos de Primaria, lamenta Martín.

«La Atención Primaria ha dejado de ser apetitosa por sus difíciles condiciones laborales, su ruralidad y su penosidad, y porque sus salidas laborales, en la actualidad, son muy limitadas, y sólo les ofrecen plazas de Urgencias, como si sobraran médicos en Extremadura», critica Hidalgo.

El presidente de los colegiados médicos se queja del trabajo precario y los «contratos basura» que sufren los médicos recién formados en Extremadura, lo que empuja a muchos de ellos a emigrar a otras comunidades autónomas.

A Castilla-La Mancha

Castilla-La Mancha se está convirtiendo, según José Luis Martín, en el nuevo destino de muchos médicos extremeños, ya que allí no existe Facultad de Medicina, tiene déficit de sanitarios y ofrece mejores condiciones laborales que en Extremadura y que en Portugal, que fue también receptora de anteriores migraciones.

Andalucía es el lugar elegido por el extremeño que ha obtenido en esta convocatoria la máxima puntuación, Juan Parejo Matos, que obtuvo el puesto 59 entre más de 9.000. Otro extremeño, Jacinto Mata Gómez, también quedó entre los 100 primeros con el puesto 82.

Juan es vecino de Casas de Don Pedro, donde ejerce su padre como médico de Familia. Precisamente por conocer la labor que hace su progenitor, es por lo que tenía claro que no iba a elegir esa especialidad. «La verdad es que no valdría para ese trato tan estrecho que se establece con los pacientes», explica.

Él hará Cardiología en el Hospital Virgen del Rocío, en Sevilla. «Tenía claro que quería cambiar de aires después de estudiar la carrera en Badajoz, y Sevilla me pareció una ciudad atractiva», justifica. Hasta que se incorpore en mayo a su nuevo puesto y empiece a ejercer «como médico», descansa todo lo que puede tras pasar siete meses estudiando una media de 10 horas diarias.