
LA MATANZA
Seguro que alguno de ustedes por estas fechas se estará comiendo algún lomo o jamón de la matanza de este invierno; aunque ya se hacen bastantes menos, todavía hay familias que las realizan. En su día la matanza constituyo una base muy importante de la alimentación y constituyo un acontecimiento social y familiar, por la participación de todos los parientes en el trabajo de despiece y embutido de la carne, que refuerza anualmente los vínculos de parentesco familiar, aunque no de forma muy profunda, voy a recordar la matanza, por lo importante que fue. El cerdo que normalmente se engordaba en casa con trigo, brebajo de harina, cebada, salvado, rayón, los desperdicios vegetales, (tomates, sandias, etc.) y por supuesto bellota en los últimos meses de la vida del animal. El día anterior a la matanza, se habían preparado todos los utensilios: cuchillos, máquinas de picar, ajos pelados, cocido las patatas, pimienta, cuerdas para atar, calderos, artesas, leña, paños, chamuscos… y comida y bebida para todos. Al cerdo se le dejaba el día de antes sin comer, para que tuviera vacías las tripas, en una mesa fuerte de 90 cm por 150 cm se cogía el cerdo entre varios hombres y se le ponía encima, con un cuchillo se le mataba, seccionándole la yugular, por donde se desangraba, esta tarea la realizaba siempre un hombre, cuando la sangre estaba saliendo...
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