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Rita la senaora

Rita la senaora

Roberto-Martín-Moreno-La-Columna

 

 

 

 

-Hola Rita,soy Mariano.Vengo a verte.

¿Te apetece que vayamos hoy al Jerte?

-¿De verdad quieres llevarme por la Vera?

-Por supuesto,mi querida compañera.

Al principio yo pensé en viajar al Nilo,

pero el Jerte me parece más tranquilo.

A ese sitio viajaremos los dos juntos

para hablar un rato de nuestros asuntos.

Es la hora de charlar largo y tendido

de las cosas que han pasado en el partido.

Es verdad que ya no sigues afiliada,

pero estás en el senado de aforada,

y con eso nos estás haciendo daño.

¡Yo te pido que abandones ya tu escaño!

-Para el carro mi querido compañero,

que de lejos se te está viendo el plumero.

Si has venido a renegar de mi existencia

no hace falta que salgamos de Valencia.

Sabes bien que como tire de la manta

no se salva ni el marido de la Infanta.

Sabes bien que como yo comience a hablar

no se salvan ni el Montoro ni el Aznar.

-Hombre Rita por favor,no me amenaces.

Si he venido hoy hasta aquí es pa hacer las paces.

Siempre y cuando,claro está,dejes de lado

ese escaño que hace un rato he mencionado.

-Y si yo dejo mi escaño¿qué hago luego?

-Pues vivir divinamente en el talego.

No le tengas tanto miedo a ir a la trena,

que si allí se come bien¡mejor se cena!

-Si es verdad lo que me estás contando tú

en la cárcel me pondrán un buen menú,

pero préstame atención con las orejas.

¡A esta menda no la meten entre rejas!

-¡Hay que ver esta mujer cómo se irrita!

¡Pero deja ya el senao querida Rita!

-¡Ay Mariano por favor,no seas cansino!

¿Te apetece que vayamos al casino?

-Me apetece mucho más ir a la Vera,

pero tú parece ser que no te enteras.

No me gusta amiga mía ni una pizca

que te portes de esa forma tan arisca.

-Tú también te estás volviendo muy arisco.

¡Te has comido mi manzana de un mordisco!

¡Márchate ya de una vez de mi chalet,

que me está empezando a entrar el caloret!

Que estos dos se llevan mal es evidente.

Se palpaba la tensión en el ambiente.

Y esa charla con la eterna senadora

terminó como el rosario de la Aurora.

Estos dos pueden gritarme:»¡Que te calles!»

Y por eso ya no os cuento más detalles.

Son capaces de hacer eso y mucho más.

Son capaces de decirnos que jamás

mantuvieron esa tensa discusión,

y que solo existe en mi imaginación.

Son capaces de decir que me he inventado

esta historia que ahora mismo os he contado,

y eso sí que no lo voy a consentir.

Por lo tanto poco más hay que añadir.

Doy aquí por terminada mi poesía.

Volveré con nuevas rimas otro día.

Y COLORÍN COLORADO

RITA SIGUE EN EL SENADO

ROBERTO MARTÍN MORENO

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