
CÁCERES SE RINDE ANTE EMILIO DE JUSTO
Cuarta corrida de la Feria de San Fernando en Cáceres con Toros de Garcigrande, correctos y desiguales de presentación, manejables en conjunto. Destacó el 6º, no pasando ninguno de los 500 Kg.
El Fandi, oreja y dos orejas.
Cayetano, oreja y saludos.
Emilio de Justo, oreja y dos orejas.
El pasado domingo, última de feria en Cáceres. Todo Torrejoncillo estaba expectante por ver a Emilio después de su triunfo en Madrid. Y no nos defraudo. Ya se veía venir. El único capote de paseo que quedo visible en el ruedo después del paseillo, fue el de Emilio (esa costumbre que han cogido ahora matadores y banderilleros de no brindar sus capotes a las damas de barrera, para su lucimiento mientras la lidia). Pero allí estaba nuestra Pura, en el Capote de nuestro paisano, velando por él.
El Fandi, que cuajó dos espectaculares tercios de banderillas con pares al violín e intento de moviola, conectó también con la muleta en dos trasteos comunicativos y de mucho eco en el tendido. Mato bien a sus dos astados.
Cayetano cortó la oreja del segundo y pinchó la del quinto sin lograr tampoco romper en ninguna de sus dos faenas. Inició la lidia de su primero como un bailarín sobre el ruedo, demostrando lo que es la esencia del toreo en redondo. Mato a la primera y se le concedió una oreja, que paseo entre los aplausos y vítores de sus admiradoras. En su segundo, un toro que humillaba poco, lo consiguió poco a poco meter en la muleta para sacarle un par de series ligadas. Dos pinchazos que le privan de acompañar a sus compañeros por la Puerta Grande.
Emilio fue recibido con aplausos y expectación. En su primero, un toro de 490 Kg. lo recibió como solo el sabe, bajándole las manos y rematando con una media. Nos deleitó con un quite por chicuelinas muy ajustadas.
El Fandi, que cuajó dos espectaculares tercios de banderillas con pares al violín e intento de moviola, conectó también con la muleta en dos trasteos comunicativos y de mucho eco en el tendido. Mato bien a sus dos astados.
Cayetano cortó la oreja del segundo y pinchó la del quinto sin lograr tampoco romper en ninguna de sus dos faenas. Inició la lidia de su primero como un bailarín sobre el ruedo, demostrando lo que es la esencia del toreo en redondo. Mato a la primera y se le concedió una oreja, que paseo entre los aplausos y vítores de sus admiradoras. En su segundo, un toro que humillaba poco, lo consiguió poco a poco meter en la muleta para sacarle un par de series ligadas. Dos pinchazos que le privan de acompañar a sus compañeros por la Puerta Grande.
Emilio fue recibido con aplausos y expectación. En su primero, un toro de 490 Kg. lo recibió como solo el sabe, bajándole las manos y rematando con una media. Nos deleitó con un quite por chicuelinas muy ajustadas.
Inició la faena con pases por bajo para sacar al toro a los medios, quedándose el de Garcigrande corto en sus envestidas y buscando las zapatillas de Emilio. Sin embargo el de Torrejoncillo le saco los cuatro pases que tenía, aguantandole mucho y llevandolo muy toreado al compás del pasodoble «Nerva». Estuvo valiente y le dio al toro su tiempo entre tanda y tanda. Remató con dos trincherazos para colocar al toro y entrar a matar en la suerte contraria. Pinchazo y estocada que sirvió para que el Presidente le concediera una oreja.
En su segundo estuvo inmenso. Un toro de 495 kg. El mejor de la corrida y no lo desaprovecho. Lo recibió a la verónica con lances que hacen presagiar una gran faena. Un quite rematado con una media que dura una eternidad. Buen tercio de banderillas. Con la muleta Emilio estuvo muy confiado. Buenas series con la derecha, rematadas con pases de pecho como se tienen que dar, de la cintura al hombro contrario. Por el pitón izquierdo el toro se quedaba mas corto. Bonitos los trincherazos a los que nos tiene acostumbrados por abajo, y se tiro a matar. Digo que se tiro, pues eso es lo que hizo Emilio literalmente, recibiendo un revolcón que solo quedo en un susto.
Emilio estuvo valiente, cruzándose cuando había que hacerlo, dando tiempo al toro entre tanda y tanda. En resumen, la oreja de Madrid ha dado ánimos a nuestro torero para estar en la brecha. Ahora solo faltan corridas en las que pueda dejar esa esencia del toreo que lleva dentro. En Cáceres la dejó y hasta las golondrinas bajaban al ruedo a ver las verónicas de Emilio. Sigue así Maestro.
Pedro Corcho