Restaurante Las Tinajas promociona a TTN

Si es niña, rosita. Si es niño…

Si es niña, rosita. Si es niño…

niño y niña«Las mujeres paren a los hijos y, por lo tanto, los cuidan”, cuántas veces no hemos escuchado expresiones como esta. Entonces, ¿lo femenino lo relacionamos a lo maternal, lo doméstico, en contrapuesto con lo que asociamos que es masculino?

Señores, si es niña, la vestimos de rosa, y si es niño, por favor, de azul. El color amarillo, el rojo y el verde, los aceptamos para ambos… Vamos, lo que se dice de cajón de madera de pino desde la cuna.

El mundo cambia y parece que nosotros también con él. Tantas cosas a las que atender, tantas modas que seguir, tantos ritmos que llevar, tantas cosas parecidas y, otras tantas, desiguales. Y esta desigualdad, la de los roles de género desde la educación, la entendemos atendiendo a lo histórico y cultural. Por lo tanto, la sociedad impone un comportamiento femenino y masculino, aunque siempre existan variantes según la cultura, la clase social, el grupo étnico y, por supuesto, según el estrato generacional en el que nos encontremos. Si hablamos de abuelos o nietos.

Echamos la vista atrás. Las mujeres se inscribían a “escuelas”, en las que ni siquiera se les enseñaba las primeras letras, lo importante era alcanzar disciplina. Lo que tradicionalmente se ha conocido como seguir al dedillo las buenas costumbres. Poco después, las mujeres aprendían en escuelas separadas (todavía algún centro educativo lo lleva a la práctica). Y si no se podía contar con dos escuelas, por eso de la escasez de recursos, la solución se encontraba en crear aulas diferenciadas de chicos y chicas.

Lo cierto es que, las desigualdades propias de género en la educación o lo que también podríamos definir como roles sexuales, han sufrido continuas modificaciones en los últimos años y, en lo que se refiere al ámbito educativo, muchos se atreven a decir que ha ganado en complejidad.

En el mundo actual, se reconoce una serie de derechos universales ante la ley, como es el de igualdad. Sin embargo, aún arrastramos lacras, e incluso, seguimos creando estereotipos de género, sin pararnos a reflexionar en si esas diferencias en la educación pueden repercutir en la inclusión social de los distintos colectivos.

Total, si es cuestión de género…

Nos vemos.

Gloria Gil Talavero

GestoPyme promociona a TTN

About The Author

1 Comment

  1. Gabriel Gil

    Qué tiempos éstos que corren, uno ya no sabe ni qué decir, por no usar el imperativo categórico, con esto de ser varón. Perdimos «caballerosamente» el norte y ahora sólo nos falta amamantar a nuestros vástagos; qué estúpido, perdón, parece ser que ya lo hacemos, de otra forma no cabría, en cabeza alguna, pensar que nuestras féminas pudieran ceder su baja por maternidad a favor del hombre, cuando éste ya tiene, iuris et de iure, su baja por paternidad.
    Por favor os pido, no desnaturalicemos las cosas. Ya lo dijo Aristóles que no por ser hombre tenía razón, que la virtud está en el justo medio. ¿Somos iguales? Por supuesto, pero con distintas cualidades. ¿Las mujeres paren, amamantan y tienen por natura un mayor vínculo con sus hijos? Sí. Podré ponerme pantalones rositas sin que me llamen sodomita, difícilmente.

    Gloria, enhorabuena por tus artículos, te ha salido un nuevo admirador, más bien tardío, pero que leerá todos tus artículos porque, qué bien escritos que están. Felicidades.