Restaurante Las Tinajas promociona a TTN

La Fe

En este mundo material donde nada más que nuestro propio bienestar nos importa, a veces hay que pararse a pensar si no estamos perdiendo los valores; y sobre todo, si nuestros jóvenes no están vacíos con tanto materialismo. Hoy día solo queremos vivir con todas las comodidades y poco nos importa cómo vivan los demás.

Sin embargo, ¿tan vacía está nuestra mente? ¿No hay nada más que cosas materiales? Creo que en el fondo siempre hay algo, nos aferramos a algo, pero probablemente no lo reconocemos o no lo buscamos hasta que no nos pasa algo crucial en la vida.

Normalmente, mucha gente se declara atea, no creen en nada divino. Sin embargo, cuando se nos pone alguna dura prueba, como una enfermedad, un accidente o cualquier otro reto, se pide a Dios, la Virgen o aquello que pensamos que hay en el más allá, que nos ayude y libre de ello.

Creo que no se debe criticar ni a unos ni a otros. Es cierto que muchos no creen en Dios porque no se explican cómo puede permitir tanto sufrimiento y dolor en el mundo; tanta catástrofe, enfermedad y pobreza. Aquel que cree lo justifica en que Dios lo quiere así y que por algo ocurre así. Por otro lado está la figura de la iglesia, que en el pasado no trató muy bien a sus siervos, amasó una fortuna y no ayudó precisamente a la gente que lo necesitaba; sino más bien los acabó de hundir. Hoy día, sin embargo, la iglesia a través de diversas instituciones internas ayuda a aquellos que más lo necesitan. Además, si prestamos atención a nivel local, nos damos cuenta que la iglesia es quien la representa, y aquí se vuelca bastante en los que están sufriendo los efectos de la devastadora crisis.

Así pues, podemos ver a Dios y a su iglesia como amigos o enemigos, aunque creo que ante todo se debe dar una educación cristiana a los jóvenes, para así darles la oportunidad de elegir el camino que quieren seguir. El cristianismo además incluye valores que, como se ha apuntado con anterioridad, se van perdiendo hoy día, y que son tan necesarios en esta sociedad deshumanizada.

A medida que los jóvenes crezcan, ellos mismo podrán decidir si siguen o no en la fe cristiana; pero al menos se les ha dado la oportunidad de conocerla.

Silvia Mateos Bellot

GestoPyme promociona a TTN

About The Author