Tremendísima Mulata
En la historia de la vida y en el ejercicio de vivir, donde miles de millones de personas van y vienen; unos pasan desapercibidos para el resto y otros dejan huella en los demás. Y esa huella no tiene por qué ser pública, porque perfectamente puede ser íntima y personal, sin propaganda social.
De esos que dejan huella en los demás, el caso más mediático de estos últimos días es Pau Donés, gran artista y gran persona, como muchos otros lo fueron, lo son, y lo serán.
Se lo ha llevado una enfermedad que la ciencia todavía no tiene ni mucho menos controlada y que dentro de sus caprichos espontáneos y desconocidos consiente que algunos consigan vencerla. Otros no tienen ninguna oportunidad o agotan con impotencia el escaso margen que les da.
De alguien como Pau Donés, que con sus sentimientos consigue escribir, cantar, y atraer a muchísimos seguidores; tengo la opinión particular de que forma parte de ese grupo reducido de personas cuya creatividad, suerte profesional o trabajo constante creyendo en sí mismo, y saber relacionarse adecuadamente; influyó notoriamente para que pudiera destacar, no solo en lo profesional, sino además, en lo humano; con esos valores importantes que hacen que algunas personas sean diferentes al resto de los mortales.
Pau Donés me sorprende positivamente, para bien o mejor, igual que Joaquín Sabina, Manolo García o Loquillo. Sobrevivieron a una época, los 80/90, cuando lo que se llevaba y estaba de moda era el “chunda, chunda”, aquellos “Caribe Mix”, “Max Mix” y todos los del apellido “Mix”, que llenaban los locales de ocio.
Y ellos estaban ahí, presentes en el pensamiento de todos, con un tipo de música que, en mi opinión, no era igual de moderna, y sin embargo toda la gente conocía, cantaba al son, y bailoteaba; independientemente de las generaciones que se fueran sucediendo.
Cada artista tiene su estilo personal, y si consigue sobrevivir en la densa selva musical compitiendo con las incorporaciones modernistas en un espacio que por evolución y preferencias musicales “no es el suyo”; tiene más mérito todavía.
Es por ello que Pau Donés, y el resto de los citados (y los no citados que entran en la misma consideración); merecen mi respeto, reconocimiento, y admiración.
Por lo que he leído de Pau en los medios de comunicación, supo vivir el tiempo que la vida le fue concediendo después de saber de su enfermedad, con humildad, corazón, paciencia, fuerza y entereza; pero sobre todo, humanidad.
Esos artistas, y otros muchos, quedarán por siempre en mi recuerdo. Y particularmente, a Pau, reitero que lo mantengo en el “number one” de mi escalafón.
Nuestra memoria no olvidará a “La Flaca”. Nunca me planteé como inquietud conocer, o pensar, en la historia que dio origen a esa canción, donde menciona a una “Tremendisima Mulata”.
Y es ahora, querido Pau, cuando me doy cuenta de que detrás de cada canción, hay una historia, una experiencia, una razón, y una vida.
MALM