Algunos pájaros traviesos

«Un pájaro no canta porque tenga una respuesta. Canta porque tiene una canción». (Proverbio chino)

Son muchas las personas que caminan a diario por la que en nuestro pueblo llamamos M30. Pues bien, en uno de los tramos al cobijo de los benditos árboles que tantas ventajas nos proporcionan, tanto a nosotros los humanos como al resto de seres vivos que han hecho de estos dominios su hábitat, a la altura del Parque del Cementerio, hace unos días que esos caminantes no ganan para sustos. 

Algunos no pudieron por menos que pensar en la inquietante película de Hitchcock «Los pájaros» o incluso en que estaban siendo objeto de una cámara oculta. Resulta que , lejos de disfrutar de un placentero paseo, un rabilargo ibérico , celoso de su territorio, ha sobresaltado  a más de uno amargándole la caminata.

Este hermoso pájaro de máscara negra sobre plumaje blanco y alas azul metalizado, pertenece a la familia de los córvidos. Es tan especial que sólo vive en la Península Ibérica y en Asia. Se alimenta de todo, por lo que puede considerarse  omnívoro . Hace nidos muy artesanales con barro, musgo, telas, ramas y otros elementos variados. La pareja protege su casa de manera muy exhaustiva, así que debe ser por esto que ese rabilargo o rabilargos de la M30, se comportan de esa manera con quien pasa por sus inmediaciones. 

El rabilargo es un ave admirable, a la que los ornitólogos consideran altruista, pues son capaces de dar comida a los de su especie, incluso sin que éstos la demanden. Parece que según las teorías más extendidas,  los rabilargos llegaron a la Península Ibérica en el Siglo XVI desde Asia, a través de los intercambios con marineros portugueses.

Nos dicen los expertos que son aves extraordinariamente agresivas con otros depredadores y con el propio hombre si se nos ocurre, de manera incívica, acercarnos al nido. De todos modos, aquellos que pasan a diario por el lugar citado han de estar tranquilos, pues si nosotros mostramos una actitud civilizada , cuidando de nuestro entorno y las especies que lo habitan, el hermoso y travieso protagonista de estas lineas no pasará de revolvernos, juguetón  e inquieto, un poquito el pelo.

Mª José Vergel Vega