Más cerca de Pedro Lobato

Hasta Etxebarri nos hemos venido hoy para pasar un ratito con el paisano Pedro Lobato, el excalcalde de esta localidad vizcaína que nos recibe con sumo agrado abriendo sus puertas de par en par.

A primera vista se le ve tranquilo y sosegado, a medida que la conversación avanza, además comprobamos que se encuentra contento y satisfecho, principalmente por la  labor desempeñada al frente del gobierno municipal de este municipio durante cinco legislaturas, nada más y nada menos que 20 años.

Todo eso lo cuenta en un libro que titula “20 años de gobierno ciudadano” y que como él mismo dice, “ha cometido la osadía de escribir”. Podría decirse que se ha convertido en la guía o manual de los independientes (que no independentistas), asociaciones o grupos vecinales sin otro fin que la mejora de sus municipios y que ahora gobiernan en un gran puñado de localidades vascas. Fue la tercera fuerza política en la últimas municipales en el Pais Vasco y aunque se han asociado bajo las siglas de IKUNE, no decidieron dar el salto a las elecciones forales.

El germen de todo este movimiento vecinal se produjo aquí, en esta localidad pegada a Bilbao, de la mano de nuestro protagonista y acompañado por otros vecinos que fundaron La Voz del Pueblo, nombre que le dieron a la agrupación con la que se presentaron a las elecciones municipales de 1991 debido al abandono que sufría Etxebarri en aquellos tiempos, según nos cuenta,  por parte de las autoridades que lo gobernaban.

A partir de ahí hasta hoy la voz de este pueblo ha sido la de Pedro Lobato durante 20 años, momento en el que lo dejó para que Loren, un compañero de su mismo grupo, tomara las riendas del ayuntamiento siguiendo la senda que él marcó. En estos cuatro, casi cinco años Lobato no ha parado, sin la presión que impone la agenda oficial, se ha jubilado de su profesión de maestro especialista en matemáticas y ha seguido su labor asesorando a compañeros de otras localidades vascas o de otras comunidades que le llaman para empaparse de su experiencia.

El libro ya va por la segunda edición y se vende, nos dice, principalmente en las charlas que imparte allá donde lo invitan. Cuando lo escuchan se quedan con ganas de más y él mismo les invita a que continúen con la lectura de su libro, lugar donde ha quedado todo reflejado.

Lejos de la vorágine diaria de la gestión municipal, ahora disfruta principalmente de su familia. De su mujer, que siempre lo apoyó según nos confiesa, sus tres hijos (dos varones y una hembra) y sobre todo de su nieta, la protagonista de la casa que en breve tendrá que compartir su reinado con el otro nieto que está a a punto de llegar.

Por las mañanas anda, monta en bici o nada, después cocina (el cocido y el bizcocho son sus especialidades), incluso se ha hecho bloguero y reflexiona en voz alta en El blog de Pedro Lobato que ha abierto recientemente. Escribe algunos artículos  en prensa e imparte ponencias avalado por su experiencia.

Lejos han quedado aquellos años que salió de Torrejoncillo para estudiar en el Hogar «Francisco Pizarro» de Trujillo, él fue uno de los de los primeros paisanos que pasaron por este centro, por el que luego  transitarían otros muchos.  Después Madrid y aunque seguro nos saltamos alguna parada, por último llegó a Extebarri, lugar que el destino quiso guardarle como fiel compañero de viaje.

La alcaldía estuvo a punto de llevárselo por delante después de un aviso bastante serio de salud debido a la frenética actividad, pero también le ha dado la mayor de las satisfacciones. Galardonado, homenajeado hasta el punto de ponerle su nombre a una calle, ahora mismo pasear por su pueblo y que la gente lo pare para reconocerle su trabajo, no hay dinero que lo pueda pagar.

Después de más de dos horas de conversación, nos despedimos amistosamente felicitándonos por la labor que realiza TTN de vínculo de unión entre Torrejoncillo y todos aquellos que residen fuera, respondemos agradeciéndole la hospitalidad mostrada y su fidelidad hacia nosotros.