
BALDOMERO MACIAS
Resulta difícil creer, para quien no lo conociera, que una persona como Baldomero, sin estudios médicos de ninguna clase, pudiera tener tantos conocimientos y dominio de la estructura humana, así como de la resolución de problemas derivados de la actividad física (contracturas, torceduras, luxaciones, fracturas, etc.).
Famosos eran sus remedios de agua templada con sal, o trocitos de cartón a modo de férula para huesos pequeños, los pegados…
Aunque yo puedo decir que me libré de pasar por su consulta, recuerdo que cierto día, íbamos un amigo y yo en nuestras motos, y él se cayó. Se le salió un hueso del brazo, y su familia y yo, acudimos a Baldomero. Habría que haber visto aquel brazo tan retorcido… y el inmenso dolor… Entró en casa de nuestro personaje de hoy, y cuando salió, el dolor probablemente lo llevara, menos intenso, lo llevaba, pero su brazo iba en su posición normal y podía hacer cualquier cosa con él, como antes de caerse de la moto.
Hay algo que destacar de Baldomero, y es que nunca lo ejerció como dedicación exclusiva, siempre se le pagaba a voluntad del cliente. Todas las personas que pasaban por su “consulta”, repetían en posteriores ocasiones, lo que demuestra su sensibilidad y buen hacer.
Desde luego es un personaje reconocido en nuestro pueblo y esta sección no va a ser menos.